Tras atravesar múltiples puertas y caminos, consiguieron regresar
a las cámaras de los relámpagos de Ulduar. Las atravesaron y se aproximaron con
paciencia hasta la siguiente puerta, pero antes de entrar recuperaron un poco
el aliento. Al abrirla se encontraron frente al gran dragón guardián de la
puerta, en un gran prado situado en un valle completamente rodeado de montañas
y cubierto de ruinas, dormido... frente a la puerta que les faltaba por
atravesar… Él bloqueaba el paso a la zona segura y base dónde el grupo se
asentaba…
-Sólo queda atravesar esa puerta y esto habrá acabado… -. Dijo
Akuo firme. Ya habían pasado por esa situación varias veces.
-No importa cuántas veces tengamos que pasar por delante de él… Si
está despierto, es luchar una y otra vez contra un oponente formidable-.
Admitió el caballero de la muerte mirando al dragón durmiente.
-La verdad es que impone mucho… Además de ser muy suave -. Sonrió
sonrojada la humana al percibir el potencial mágico procedente el dragón.
En ese momento el dragón abrió un ojo y observó al grupo,
relamiéndose a medida que se alzaba y se disponía a atacarles. Colocó una pata
sobre la puerta y los miró desafiante.
-Un dragón de tormenta… ¿Eso es lo que puedes conseguir mezclando
artes arcanas con las fuerzas de la naturaleza del agua y el viento, eh?
Clasificación: desconocida… Situación: únicamente dentro de la torre y guardián
de la puerta al único lugar seguro en la misma-. Dijo el guerrero observando a
la bestia que se alzaba ante ellos.
-Que mala suerte que se haya despertado -. Gruñó entre dientes el
caballero de la muerte.
-Bueno, no queda otra que luchar -. Dijo Sharr juntando sus manos
fijando en su punto de mira al dragón.
-Sí, no queda más remedio -. Asintió el guerrero mientras
desenvainaba su espada y empuñaba su escudo.
-¿Ya sabéis lo que tenemos que hacer en estos casos no?-. Dijo
Ephdel frío y sereno.
Tanto Akuo como la deshacedora de hechizos asintieron a la vez y
comenzaron el ataque.
El guerrero corrió hacia el dragón y se paro ante él a unos pocos
metros. En ese momento la enorme bestia
abrió sus monstruosas fauces que comenzaron a alumbrar con un tono azulado y a
retumbar con un sonido que podría emular a una tormenta eléctrica de gran
magnitud.
-¡Aguanta Akuo!-. Dijo el caballero de la muerte mientras se
concentraba acumulando escarcha en el filo de su hojarruna, haciéndola cada vez
mas y mas grande.
-¡Sharr! -. Gritó el hombre del escudo mientras se disponía a
recibir el ataque del dragón.
-¡Sí!-. Gritó también la humana mientras terminaba el hechizo y lo
dirigía hacia su enemigo.
En ese momento, un ataque brillante salía de la boca del dragón
disponiéndose a acabar con la vida de Akuo. Al instante Sharr dirigió el
hechizo hacia la enorme bestia y el ataque del dragón se deshizo en la nada antes
de alcanzar siquiera el escudo del contendiente.
-Bien, ¡Me toca! -. Gritó el guerrero concentrándose, mientras,
poco a poco, su escudo se iba cargando de escarcha por el encantamiento que
este poseía. Una vez terminó, lanzó el escudo con todas sus fuerzas hacia la
cabeza del dragón, golpeándole con fuerza y desviándosela hacia Ephdel.
Para entonces el caballero de la muerte ya había acumulado una
gran cantidad de escarcha en su filo, llegando a hacerlo más grande de lo
normal. Se podría decir que incluso tenía el tamaño de la cabeza del dragón. Haciendo
acopio de todas las fuerzas que le quedaban, descargó un brutal ataque a la
testa del dragón que lo obligó a parar su propia cabeza con el suelo en un
fuerte golpe.
-¡Vamos, deprisa! Antes de que se levante de nuevo -. Gritó el
guerrero mientras emprendía la carrera hacia la puerta que los llevaría al
lugar seguro.
Todos estaban en plena carrera cuando el dragón comenzó a alzarse
de nuevo y se dispuso a lanzar otro ataque como el que anteriormente disipó
Sharr.
-Maldita sea… ¡Deprisa! -. Continuaba gritando Akuo mientras
corría sin parar a la salida.
En el momento que alcanzaron la puerta, el guerrero tiró con todas
sus fuerzas y consiguió abrirla levemente para que todos pasasen. Justo en ese
instante, el aliento del dragón terminó de cargarse y lanzó el ataque. A lo que
el grupo respondió cerrando la puerta en ese mismo instante y empujando con
todas sus fuerzas para que ésta no dejase pasar ni un ápice del poderoso ataque
de tal monstruosidad. Una vez hecho, todos los miembros del grupo se sentaron
aliviados en el suelo. Al haber pasado el peligro habían conseguido llegar a la
zona segura dentro de la torre.
-Definitivamente es un monstruo invencible… No creo que pudiésemos
derrotarlo ni aunque nos coordinásemos por completo -. Dijo el guerrero
exhausto.
-Así es. Tenemos que seguir luchando así siempre que se despierte…
De todos modos, gracias a eso, no tenemos que preocuparnos de que algunas de
las ilusiones más peligrosas de la torre entren aquí. Por eso es la única zona
segura en este sitio-. Dijo Sharr, tras dejarse caer sentada en el suelo, exhausta
por el esfuerzo realizado durante toda la expedición.
-Ya tendréis tiempo para descansar cuando lleguemos a la base,
vamos… continuemos -. Dijo el caballero de la muerte haciendo que se levantasen
ambos.
Una vez en pie, miraron hacia el oscuro pasillo que tenían que
seguir hacia la zona segura que se encontraba más adelante. Sharr y Akuo se
asintieron mutuamente y comenzaron a avanzar por ese sinuoso camino hasta su
terminación.
Caminaron durante horas hasta encontrarse con la puerta al final
del recorrido. Una vez la atravesaran, llegarían a la única zona segura en el interior
de la torre de cristal. Allí podrían recuperarse y continuar con sus labores de
mantenimiento y control de la misma, ya que en ese sitio se encontraba el
mismísimo corazón del edificio mágico.
La gran biblioteca de la torre de cristal. En ella estaban
reunidos libros de todo tipo sobre la magia arcana utilizada en aquel lugar, de
funcionamiento de la torre, así como mantenimiento de la misma. También se
encontraban allí datos sobre los guardianes de cada puerta así como el portal
que resguardaban y a donde llevaba el mismo.
-No importa cuántas veces vengamos... No importa cuánto la
exploremos… Esta torre tiene maravillas, como esta sala, a las que jamás
podremos acostumbrarnos-. Sonrió el guerrero a medida que se adentraba en la
habitación y observaba a la enorme esfera que se encontraba en el centro de la
biblioteca.
-Oh, ¡bienvenidos maestros! -. Gritaron los aprendices que se
encontraban a la espera del retorno del grupo.
-Hemos vuelto -. Dijo sonriente Sharr a los entusiasmados
aprendices mientras que Ephdel apartaba la cara de ellos.
-Pero parecéis bastante agotados, ¿Que ha pasado? -. Replicaron
los observadores alumnos.
-Nada grave, nuestro objetivo ha sido cumplido. Hoy tenéis que
estudiar el funcionamiento de la esfera, adelante. ¿A qué esperáis? Mañana os
haremos un examen así que estad preparados
-¡Sí!-. Afirmaron todos los alumnos al unísono tras las palabras
de Akuo.
Cuando los alumnos se fueron a estudiar el temario encargado por su
profesor, éste aprovechó para hablar con el caballero de la muerte y la deshacedora
de hechizos un rato, antes de despedirse y retirarse a su habitación hasta el
día siguiente, donde ya había puesto trabajo a cumplir.
Escrito por: Akuo