domingo, 6 de septiembre de 2015

Akuo Blackwood 2.0 - La terminación

Tras atravesar múltiples puertas y caminos, consiguieron regresar a las cámaras de los relámpagos de Ulduar. Las atravesaron y se aproximaron con paciencia hasta la siguiente puerta, pero antes de entrar recuperaron un poco el aliento. Al abrirla se encontraron frente al gran dragón guardián de la puerta, en un gran prado situado en un valle completamente rodeado de montañas y cubierto de ruinas, dormido... frente a la puerta que les faltaba por atravesar… Él bloqueaba el paso a la zona segura y base dónde el grupo se asentaba…

-Sólo queda atravesar esa puerta y esto habrá acabado… -. Dijo Akuo firme. Ya habían pasado por esa situación varias veces.

-No importa cuántas veces tengamos que pasar por delante de él… Si está despierto, es luchar una y otra vez contra un oponente formidable-. Admitió el caballero de la muerte mirando al dragón durmiente.

-La verdad es que impone mucho… Además de ser muy suave -. Sonrió sonrojada la humana al percibir el potencial mágico procedente el dragón.

En ese momento el dragón abrió un ojo y observó al grupo, relamiéndose a medida que se alzaba y se disponía a atacarles. Colocó una pata sobre la puerta y los miró desafiante.




-Un dragón de tormenta… ¿Eso es lo que puedes conseguir mezclando artes arcanas con las fuerzas de la naturaleza del agua y el viento, eh? Clasificación: desconocida… Situación: únicamente dentro de la torre y guardián de la puerta al único lugar seguro en la misma-. Dijo el guerrero observando a la bestia que se alzaba ante ellos.

-Que mala suerte que se haya despertado -. Gruñó entre dientes el caballero de la muerte.

-Bueno, no queda otra que luchar -. Dijo Sharr juntando sus manos fijando en su punto de mira al dragón.

-Sí, no queda más remedio -. Asintió el guerrero mientras desenvainaba su espada y empuñaba su escudo.

-¿Ya sabéis lo que tenemos que hacer en estos casos no?-. Dijo Ephdel frío y sereno.

Tanto Akuo como la deshacedora de hechizos asintieron a la vez y comenzaron el ataque.

El guerrero corrió hacia el dragón y se paro ante él a unos pocos metros.  En ese momento la enorme bestia abrió sus monstruosas fauces que comenzaron a alumbrar con un tono azulado y a retumbar con un sonido que podría emular a una tormenta eléctrica de gran magnitud.

-¡Aguanta Akuo!-. Dijo el caballero de la muerte mientras se concentraba acumulando escarcha en el filo de su hojarruna, haciéndola cada vez mas y mas grande.

-¡Sharr! -. Gritó el hombre del escudo mientras se disponía a recibir el ataque del dragón.

-¡Sí!-. Gritó también la humana mientras terminaba el hechizo y lo dirigía hacia su enemigo.

En ese momento, un ataque brillante salía de la boca del dragón disponiéndose a acabar con la vida de Akuo. Al instante Sharr dirigió el hechizo hacia la enorme bestia y el ataque del dragón se deshizo en la nada antes de alcanzar siquiera el escudo del contendiente.

-Bien, ¡Me toca! -. Gritó el guerrero concentrándose, mientras, poco a poco, su escudo se iba cargando de escarcha por el encantamiento que este poseía. Una vez terminó, lanzó el escudo con todas sus fuerzas hacia la cabeza del dragón, golpeándole con fuerza y desviándosela hacia Ephdel.

Para entonces el caballero de la muerte ya había acumulado una gran cantidad de escarcha en su filo, llegando a hacerlo más grande de lo normal. Se podría decir que incluso tenía el tamaño de la cabeza del dragón. Haciendo acopio de todas las fuerzas que le quedaban, descargó un brutal ataque a la testa del dragón que lo obligó a parar su propia cabeza con el suelo en un fuerte golpe.

-¡Vamos, deprisa! Antes de que se levante de nuevo -. Gritó el guerrero mientras emprendía la carrera hacia la puerta que los llevaría al lugar seguro.

Todos estaban en plena carrera cuando el dragón comenzó a alzarse de nuevo y se dispuso a lanzar otro ataque como el que anteriormente disipó Sharr.

-Maldita sea… ¡Deprisa! -. Continuaba gritando Akuo mientras corría sin parar a la salida.

En el momento que alcanzaron la puerta, el guerrero tiró con todas sus fuerzas y consiguió abrirla levemente para que todos pasasen. Justo en ese instante, el aliento del dragón terminó de cargarse y lanzó el ataque. A lo que el grupo respondió cerrando la puerta en ese mismo instante y empujando con todas sus fuerzas para que ésta no dejase pasar ni un ápice del poderoso ataque de tal monstruosidad. Una vez hecho, todos los miembros del grupo se sentaron aliviados en el suelo. Al haber pasado el peligro habían conseguido llegar a la zona segura dentro de la torre.


-Definitivamente es un monstruo invencible… No creo que pudiésemos derrotarlo ni aunque nos coordinásemos por completo -. Dijo el guerrero exhausto.

-Así es. Tenemos que seguir luchando así siempre que se despierte… De todos modos, gracias a eso, no tenemos que preocuparnos de que algunas de las ilusiones más peligrosas de la torre entren aquí. Por eso es la única zona segura en este sitio-. Dijo Sharr, tras dejarse caer sentada en el suelo, exhausta por el esfuerzo realizado durante toda la expedición.

-Ya tendréis tiempo para descansar cuando lleguemos a la base, vamos… continuemos -. Dijo el caballero de la muerte haciendo que se levantasen ambos.

Una vez en pie, miraron hacia el oscuro pasillo que tenían que seguir hacia la zona segura que se encontraba más adelante. Sharr y Akuo se asintieron mutuamente y comenzaron a avanzar por ese sinuoso camino hasta su terminación.



Caminaron durante horas hasta encontrarse con la puerta al final del recorrido. Una vez la atravesaran, llegarían a la única zona segura en el interior de la torre de cristal. Allí podrían recuperarse y continuar con sus labores de mantenimiento y control de la misma, ya que en ese sitio se encontraba el mismísimo corazón del edificio mágico.



La gran biblioteca de la torre de cristal. En ella estaban reunidos libros de todo tipo sobre la magia arcana utilizada en aquel lugar, de funcionamiento de la torre, así como mantenimiento de la misma. También se encontraban allí datos sobre los guardianes de cada puerta así como el portal que resguardaban y a donde llevaba el mismo.

-No importa cuántas veces vengamos... No importa cuánto la exploremos… Esta torre tiene maravillas, como esta sala, a las que jamás podremos acostumbrarnos-. Sonrió el guerrero a medida que se adentraba en la habitación y observaba a la enorme esfera que se encontraba en el centro de la biblioteca.

-Oh, ¡bienvenidos maestros! -. Gritaron los aprendices que se encontraban a la espera del retorno del grupo.

-Hemos vuelto -. Dijo sonriente Sharr a los entusiasmados aprendices mientras que Ephdel apartaba la cara de ellos.

-Pero parecéis bastante agotados, ¿Que ha pasado? -. Replicaron los observadores alumnos.

-Nada grave, nuestro objetivo ha sido cumplido. Hoy tenéis que estudiar el funcionamiento de la esfera, adelante. ¿A qué esperáis? Mañana os haremos un examen así que estad preparados

-¡Sí!-. Afirmaron todos los alumnos al unísono tras las palabras de Akuo.


Cuando los alumnos se fueron a estudiar el temario encargado por su profesor, éste aprovechó para hablar con el caballero de la muerte y la deshacedora de hechizos un rato, antes de despedirse y retirarse a su habitación hasta el día siguiente, donde ya había puesto trabajo a cumplir.

Escrito por: Akuo