martes, 4 de agosto de 2015

Luccy - Selim del Desierto (Parte 3)

“La fuerza reside muchas veces en las cosas más triviales.”

Los primeros meses fueron muy duros para Selim y Anna, el chico entrenaba muy duro con Stilgar que se empeñaba en enseñar un estilo completamente distinto al que conocía, pero el crío no abandonó su estilo dando como resultado una mezcla entre ambos lo cual gusto bastante al jefe de la tribu y empezó a enseñar esa nueva arte a todos los miembros de la tribu.
Anna terminó convirtiéndose en la mujer de Stilgar, una unión completamente política pero que aseguraba el dominio de Stilgar y la seguridad de la mujer y su hijo. Por desgracia la salud de Anna iba empeorando lentamente y ninguno de los curanderos del desierto conseguía aliviar aquella enfermedad que poco a poco consumía su vida.
Un año más tarde Anna murió mientras dormía, a pesar del funeral con todos los honores que recibió fue un golpe tremendo para Selim y para sorpresa de Stilgar el chico empezó a flojear en los entrenamientos como si ya no quisiera aprender. El único consuelo de Selim era la hija de Stilgar, Luccy que aunque menor que el se había convertido en su compañera de juegos y seguramente la persona que más le importaba en todo el desierto. Luccy era hija única ya que su madre había muerto luchando contra una incursión de soldados, su padre siempre había sido muy duro con ella lo que la estaba convirtiendo en una luchadora excepcional. Desde que había conocida a Selim solían compartir los entrenamientos y cuando tenían tiempo buscaban cualquier cosa con la que entretenerse lo que a menudo los metía en problemas.
La muerte de Anna hacía mas real la leyenda de la leona enferma y su cachorro, Stilgar sabía que debía sacar a Selim de su depresión y obligarlo a ser el mejor luchador posible, sabía que en el fondo su hija confiaba en poder superar al chico y hacerse con el liderazco de la tibu, aunque ya sabía lo que suponía eso. Durantes días el guerrero busco una solución para que el cachorro siguiese cumpliendo la leyenda y fue durante un entrenamiento que pudo dar con la repuesta.
En ese mismo instante Luccy luchaba con todas sus fuerzas contra él mientras el chico observaba, ambos avanzaban rápido y estaba claro que no tardarían en superarlo, su hija danzaba ahora alrededor de el lanzando furiosos golpes. No pudo evitar sentirse orgulloso de ella, a pesar de no tener el tremendo talentos de Selim ella se esforzaba más que nadie y ese trabajo duro la llevaba siempre a igualar o superar a los demás, había sido la primera, a pesar de su edad, de aprender de Anna aquella técnica extraña pero tan efectiva, estaba claro que con ella y Selim la tribu del futuro sería temible. Fijándose en el chico pudo ver una mirada diferente a la que tenía habitualmente, esa mirada la había visto antes en el chico cuando miraba a su madre, una mirada de cariño una mirada que hacia sospechar al hombre algo que le podía ser muy útil.
Sin ningún aviso Stilgar pasó al ataque sin contenerse, Luccy sorprendida intentó defenderse mientras retrocedía.
-Pero padre… ¿Qué haces?- Protestó ella.
-Cuando se lucha se puede morir ya lo sabes.- Contestó al tiempo que no dejaba de atacar.
Un certero golpe lanzó una de las dagas de la chica al suelo que seguía retrocediendo intentó mantener una defensa pero era imposible aguantar aquellos ataques.
-¡Stilgar detente!- Gritó Selim presa del pánico.
Pero Stilgar sabía que no debía detenerse, debía despertar al chico aunque hiciera daño a su propia hija. Con un rápido movimiento y sin vacilar por fin alcanzo a Luccy, que cayó de rodillas llevándose las manos en la cara donde el corte que había recibido empezaba a sangrar abundantemente al tiempo que soltaba un grito de rabia y dolor. Stilgar se preparó para dar el golpe final pero un shuriken le obligo a dar un pequeño salto hacia atrás, cuando se giró para ver a Selim pudo ver a alguien completamente diferente al chico que había conocido. Sus ojos revelaban una ira incontenible, su posición de combate lo predisponía a la violencia inmediata y el gesto de su cara demostraba que lucharía a muerte.
El guerrero quiso hablar pero no tubo tiempo ya que el chico se lanzo con toda rapidez a atacarlo furiosamente, a pesar de toda su experiencia el guerrero no pudo hacer más que retroceder evitando como podía que las dagas del muchacho le alcanzasen, aquella manera de luchar era impresionante, Selim desde luego había nacido para manejar las dagas. Por su parte Luccy se había olvidado completamente de su herida para observar el combate completamente presa del asombro.
Selim realizó una pirueta para acabar acertando un golpe por muy poco provocando irónicamente una herida muy similar a la recibida por Luccy.
-¡Detente ya Selim!- Gritó ella.
El muchacho se paró en seco al escuchar el grito, no le gustaba pensar en si mismo como alguien capaz de matar pero sabía que tarde o temprano tendría que hacerlo, había considerado a Stilgar un maestro e incluso un amigo pero ver a Luccy en peligro le había convertido en una furia dispuesto a asesinar a quien fuera.
-Por fin has despertado, he tenido que recurrir a esto para que pudieras seguir mejorando.- Dijo Stilgar guardando sus dagas.
Ambos chicos miraron al veterano desafiantes, tras unos segundos Luccy hizo un gesto a Selim y ambos se retiraron. Ya fuera se detuvo esperando que el chico rompiese el silencio.
-¿Estas bien?- Preguntó por fin el sabiendo que aquella herida le dejaría una cicatriz en el ojo al igual que Stilgar tendría la suya.
-Te superaré Selim, a ti y a mi padre. Yo seré la líder de esta tribu.- Respondió ella antes de huir corriendo.
Selim se quedó parado durante varios minutos admirando la determinación de la chica y preguntándose que significaba realmente para él, finalmente Stilgar se situó a su lado mirando en la misma dirección que el.
-Siempre intenta superarse a si misma. ¿Llegara a ser mejor que tu?- Dijo el veterano.
El chico permaneció en silencio pensativo, no tenía ganas de hablar.
-Entiendo que estés enfadado conmigo pero necesito que tu seas el líder de la tribu.-
-¿Por qué? ¿Por esa ridícula leyenda vuestra?- Gritó enfadado el muchacho.
-Aún no lo entiendes Selim, si tu no te conviertes en líder lo hará ella y si la quieres no debes permitir que eso suceda.-
-¿Por qué no? Ella sería feliz así, es su sueño.- Replicó Selim.
-Si, ella me superará pronto al igual que hiciste tu hoy, pero lo que aún no sabes Selim es como se elige un nuevo líder.- Dijo Stilgar observando al muchacho. –La única manera de llegar a líder es ganando al líder anterior en un combate.-
-Lo veo normal, ella esta deseando ver tu cara cuando te derrote.- Respondió Selim.
-No jovencito, no lo entiendes aún, el combate es a muerte y no hay perdón.-


Escrito por Julius