miércoles, 5 de agosto de 2015

El duelo - Selim del Desierto (Parte 5)

“Siempre serás lo que tu quieras ser, jamás te dejes convertir en lo que quieren los demás.”

Había llegado el día señalado, el tiempo había pasado demasiado rápido para Selim que no paraba de andar de un lado a otro en medio del refugio. Aquellos que lo veían pensaban que estaba nervioso por lo que tendría que afrontar ese día pero la verdad era muy diferente, en su cabeza había una lucha interna sobre como actuar. Por una parte una conciencia tranquila pero seguramente el desprecio de la tribu e incluso el mismo Stilgar y por otra parte ser el líder indiscutible de la tribu pero vivir siempre con una carga en su corazón y su mente.
-Sabes que yo debería ser la elegida para ese combate, soy mejor que tu y que ese viejo cobarde.- Era Luccy que estaba completamente cabreada con su padre cuando conoció que ella no era la candidata a líder.
-Lo siento hermanita, pero sabes de sobra que yo no elegí esto.-
-Si te conviertes tu en líder te desafiaré y te mataré por ser tan presumido.- Respondió ella casi gritando. Selim sabía que quizá era la única persona a la que Luccy no mataría pero desde luego la chica se había convertido en su más formidable rival, cada vez que creía tener ventaja sobre ella, lo sorprendía poniéndose a su altura.
Muchos de los miembros de la tribu le habían deseado un combate limpio y honorable, en el desierto jamás se hablaba de la suerte si no de las acciones propias y el empeño por mejorar. Todos esos guerreros estaban esperando que por fin se cumpliese la famosa leyenda y en ese mismo instante ya estaban dispuestos a dar su vida por aquel que consideraban algo así como un Mesías. Todo aquello no hacía sentirse mejor a Selim, el quería vengarse de los asesinos de su padre no llevar una tribu a la gloria.
Ferrer, uno de los hombres de mayor confianza de Stilgar, se acercó a él tranquilamente.
-Todo está listo ya, debes cumplir con tu deber.- Le dijo tranquilamente el guerrero.
Selim no respondió, simplemente asintió y se puso en marcha lentamente deseando que aquel día no hubiera llegado. Luccy miró a aquel que consideraba un hermano a pesar de no ser de la misma sangre y por dentro sintió tanto pena como orgullo.
La sala del duelo se encontraba dentro de una cueva, estaba completamente iluminada por antorchas y toda la tribu se encontraba en aquel lugar esperando ver el duelo que tendría lugar. Muchos hablaban en voz baja y prácticamente todos daban ya como vencedor a Selim y una muerte con todos los honores al que de momento era aún su líder.
“¿Por que tiene que ser de esta manera? Se que nos hacemos fuertes con estas leyes pero nadie ve que para alcanzar esa gloria deben ser menos violentos…” Pensó Selim.
Stilgar se encontraba tranquilo con su equipo de luchar, las dagas de la tribu en sus manos listas para probar la sangre de su rival. En su rostro podía verse una gran tranquilidad a pesar de lo que todo aquello implicaba, el veterano guerrero siempre había antepuesto el bienestar de la tribu a los suyos propios, muchos habían pensado que se hundiría cuando su mujer murió pero se volcó en los entrenamientos con su hija, en la mente de Stilgar había un claro objetivo, que Luccy no muriese como lo hizo su esposa. La llegada de Selim y Anna había llenado de esperanza el corazón del guerrero hasta el punto de estar dispuesto a morir por el bien de la tribu pero eso no significaba de ninguna manera que no lucharía con todas sus fuerzas.
Selim por su parte parecía nervioso, llevaba un pañuelo a modo de bufanda que algunos miembros de la tribu habían empezado a copiar. Su destreza en combate le había permitido dirigir muchos asaltos y jamás había sufrido una baja en ellos si bien es cierto que siempre luchaban contra contrabandistas de poca monta. En sus manos las dagas apuntaban al suelo como si quisiera soltarlas en cualquier momento pero la realidad era diferente, antes de una pelea siempre relajaba las manos de esa manera.
No hacia falta presentaciones, todos conocían lo que aquel duelo implicaba, de aquella arena saldría con vida solamente uno de los dos contendientes y el vencedor sería el líder indiscutible hasta que se volviese a dar otro duelo.
-Yo Stilgar entablo duelo contigo Selim del desierto.- Proclamó el líder.
- Yo Selim entablo duelo contigo Stilgar Crimson.- Respondió el muchacho.
Ambos empezaron a danzar lanzando ataques leves mientras tanteaban la defensa del otro, poco a poco los ataques ganaron en velocidad y violencia, en ese intercambio Selim empezó a mostrarse levemente superior pero lejos de confiarse siguió concentrado en el combate, sabía que Stilgar lucharía con todo. El veterano consiguió recuperar terreno al tiempo que empezaba a usar todo su repertorio de golpes y piruetas, ninguno de los presentes hacía el más mínimo ruido mientras atendían al combate.
En ese instante un golpe alcanzó a Selim en el brazo produciéndole un corte pero lejos de retroceder usó ese estímulo para contraatacar sorprendiendo a su rival y lanzándolo al suelo, el combate había terminado.
Stilgar reconoció su derrota y espero el golpe final sintiéndose orgulloso, muchos de los miembros de la tribu animaban a Selim a terminar ya pero el chico sólo se fijo en una persona. Luccy observaba atentamente pero se podía notar su tristeza a fin de cuentas el hombre que estaba a punto de morir era su padre.
“Perdonarme, no puedo hacer esto.”
Selim se alejo un par de pasos del guerrero y observó al publico que rapidamente entendió lo que sucedía.
-No lo haré, es un error lo sabeis.- Proclamó.
Se escucharon abucheos e incluso alguien menciono que aquello era la costumbre.
-¡Las costumbres cambian!- Gritó Selim lanzando una de sus dagas en la arena que se clavó con facilidad.- Stilgar es uno de los hombres más valiosos. ¿Debo también cortarme mi brazo derecho para que me aceptéis?-
Mientras Selim enfrentaba a la opinión de la tribu, Stilgar pudo ver que muchos miembros estaban de acuerdo pero otros muchos también tenían una ideología mucho más conservadora de las antiguas leyes. Pudo ver que si aquello seguía adelante la tribu acabaría divida incluso enfrentada entre diferentes facciones y no podía permitirlo. El aún líder la tribu se levantó al tiempo que con un gesto reclamaba silencio.
-Selim has desobedecido las leyes de nuestra tribu, el castigo debería ser la muerte, pero tu servicio ha sido sin duda de gran valor y por eso sólo serás desterrado.- Anunció con dolor, sabiendo que Selim tomaba el camino correcto pero la tribu aún no estaba preparada, quizá en un futuro pero no aquel día.
-¿Como puedes ser tan burro padre? –Era Luccy fuera de si.- ¿Como lo podéis ser todos? ¿Acaso no veis que estamos arraigados en el pasado?-
-¡Silencio!- Gritó Stilgar.
-No padre, si el se va yo me iré también con la única persona que de verdad ha querido que no nos anclemos en el pasado.- Respondió ella.
Finalmente Selim y Luccy abandonaron la tribu, Stilgar sabía que aquello era lo mejor y que algún día volverían para ayudarles pero por desgracia parecía que el destino les necesitaba en otro lugar del mundo al menos de momento. Mientras los observaba alejarse en el desierto un soldado se acercó.
-Señor lamentos molestarle.- El soldado parecida sobreexcitado.
-¿Que sucede?- Preguntó.
-De las tiendas de Selim y Luccy ha comenzado a manar agua, debe ser un manantial subterráneo.-
Stilgar sonrió, quizá aquello era la leyenda o una tremenda coincidencia, pero la tribu empezaba a cambiar hacia algo mejor y al final todo se lo debía a su propia hija y al que muchos siempre conocerían como Selim del desierto.


Escrito por Julius