lunes, 10 de agosto de 2015

Akuo Blackwood (2.0) - Un nuevo camino

El aire estaba cargado y rugidos de orcos se escuchaban en las profundidades de las inmensas salas. Cada vez más próximos se escuchaban los andares de los. Mientras él mantenía la mirada en el techo de la sala pensando en cómo sobrevivir, los aprendices se mantenían en guardia y en silencio dejándole tiempo para su reflexión.

-Esto… ¿Akuo? -. Se atrevió a preguntar uno de ellos, preocupado por la situación.

-No te preocupes -. Respondió el  guerrero.- Yo me encargo a partir de ahora. Vosotros despejadme el camino hasta la salida. Daos prisa -. Señaló hacia el lugar y, desenvainando su espada, clavó la mirada en los enemigos que cargaban mientras los aprendices huían.


Tras varias horas de combate, Akuo volvió a la zona segura, dónde se encontraban tanto los aprendices como Sharr y Ephdel. Su espada estaba mellada, su escudo agrietado y toda su armadura daba grandes indicios de haber sido golpeada y cortada en varias ocasiones por múltiples enemigos. Por las marcas de los cortes podía verse que caía algo de sangre, al igual que de las abolladuras más profundas de su armadura.

-¡Has vuelto a hacer una estupidez!… ¿Cuánto crees que durarás actuando de ese modo?-. inquirió el caballero de la muerte con un tono de voz bastante fuerte casi hasta amenazante.

-Si no hacía esa “estupidez” tendría que haberlos protegido al mismo tiempo que luchaba y que huíamos. A decir verdad me pareció lo más sensato ya que ellos aun no saben luchar del todo bien… De ese modo todos están a salvo y solo yo he salido un poquito herido… Hemos conseguido avanzar un poco más.

Tras decir eso se sentó junto al a pared y comenzó a quitarse a armadura pieza por pieza hasta quedarse con una cota de malla que le cubría hasta los pies observando el  estado de la armadura y las veces que ha tenido que hacerse con nuevas o reparar las suyas por el desgaste de las incontables batallas que ha tenido que librar en la torre.

-Bien, lo he decidido. -Dijo mientras se levantaba.- No puedo seguir con esto así. Las armaduras siempre se quiebran y desgastan durante una batalla, y no puedo luchar constantemente porque su carga mágica se agota o porque simplemente se destrozan. Los enemigos de esta torre son realmente poderosos  y necesito un método para combatirlos por un largo tiempo. Además, en los niveles superiores hay aun más peligros que en los niveles inferiores.

-¿Y entonces que harás? -. Replicó el caballero de la muerte mientras escuchaba a Akuo.

- Iré al nivel de Karazhan. Allí podre echarle un vistazo a los libros de invocaciones del profeta. Tengo una idea -. Sonrió el guerrero confiado y decidido-. ¿Querríais venir conmigo? Puede que encontréis algo útil vosotros también.

Tanto Ephdel como Sharr se miraron mutuamente y asintieron confiados.

-La verdad es que hace tiempo que quiero visitarlo -. Dijo la chica-. Frente a la puerta de esa sala capto algo que es muy suave. ¡Me interesa!


-Está bien. Iremos. Así, de paso, podremos comprobar si puede ser utilizable a la hora de entrenar a los nuevos -. Asintió el caballero de la muerte.

Escrito por: Akuo