miércoles, 22 de abril de 2015

La Orden 2.0 - La elección

*(Tanto el relato que podréis leer a continuación como el resto de relatos de la serie La Orden 2.0 se sitúan en el futuro de una línea temporal paralela, lo que quiere decir que no garantiza absolutamente nada de lo que ocurra en la serie.)


Aún despuntaban los primeros rayos de sol que iluminaban tímidamente el mar que cubría todo el horizonte. El oleaje parecía bastante calmado y entre aquellas frondosas y verdes tierras tan solo podía oírse a esas horas de la madrugada el caminar de los caballos que surcaban el camino empedrado. Los dos caminantes del tiempo cabalgaban sin prisa mientras buscaban con sus miradas el lugar al que se dirigían, hasta que varios minutos después descubrieron a poca distancia del mar que comenzaba a reflejarse las primeras marcas del condado de Brakor.

Garrett giró su rostro hacia su compañera sin poder evitar dibujar una sonrisa en su rostro.

-Ya queda poco.-señaló el faro situado al noroeste de su posición.-En unas horas habremos llegado.
-Por fin, estoy algo cansada del viaje.-respondió Ireli que hacía ya bastante tiempo que había vislumbrado el faro, pero decidió no decirle nada a Garrett, que quizás comenzaba a sufrir los estragos de la edad.- El resto de los nuestros ya deben de haber llegado, si hubiésemos hecho caso a Khaden ya estaríamos ahí.
-No importa... no quería ir por un portal, prefiero hacer el viaje y disfrutar de los momentos antes a la reunión.
-Cada vez que nos toca venir haces lo mismo, vienes a caballo desde Ventormenta o Forjaz hasta aquí, ¿Por qué?-preguntó Ireli mientras oía un suspiro por parte de su compañero.
-Me sirve para aclarar las ideas.
-Ya,... ahora cuéntame la verdad
-Está bien..., es una forma de marcar un punto en el calendario. De vez en cuando no está de más saber que los años pasan. En las cavernas se pierde la noción del tiempo, y si hacemos de este evento algo... tan fugaz, no tendría nada que me mostrara el pasar de los años ¿No crees?
-Para eso ya tienes otros eventos como... tu cumpleaños por ejemplo.-Ireli miró al que había sido su maestro durante tantos años.-¿Por qué nunca celebras tu cumpleaños ahora que lo pienso?
Garrett miró al frente con el semblante serio.
-Coincide con el fallecimiento de tu tío abuelo.-dijo tomándose unos segundos para recordar dolorosamente lo ocurrido hacía casi dos décadas.- Comprenderás que no haya nada que celebrar ese día.
-No sabía que... tenia lugar el mismo día.-Ireli agarró fuertemente con sus dedos las riendas de su destrero color blanco que contrastaba con el caballo azabache de su compañero.- ¿Estás nervioso?-preguntó la caminante del tiempo mientras examinaba el semblante de Garrett.
-Claro que estoy nervioso, es un evento... interesante e incómodo a partes iguales.-rió- Si no estuviese nervioso significaría que no me lo tomo en serio.
-No me refiero al hecho de... bueno, me refiero a él. ¿Estás nervioso por la elección que hará?
-Te mentiría si te dijese que no. Pero aún así es algo que debe hacer... tarde o temprano tendrá que escoger algún bando.
-¿Crees que nos escogerá?-preguntó Ireli intentando no incomodar al caminante.
-Espero que sí Ireli, espero que si...



Ireli y Garrett cruzaron el gran umbral y los numerosos pasillos acompañados por un guardia de la casa Doe que les dejó a escasos metros de la sala central donde tendría lugar como cada año la reunión. La sala parecía más iluminada y grande que las anteriores ocasiones. Los decorados típicos de color rojo y dorado cubrían cada zona, cada pasillo de aquel gran castillo perteneciente a la familia Doe. Tan solo algunas pocas salas poseían cortinas y adornos de color azul o púrpura. Cada sala se encontraba iluminada por ventanales de cristal que dejaban ver el llamativo paisaje del exterior o incluso los vastos y floridos jardines. La estancia donde tenía lugar el encuentro estaba compuesta de una gran cristalera que daba paso a un poco decorado balcón de piedra con vistas al patio, varias puertas laterales y lo más llamativo, un gran mosaico central de losa decorando el suelo con el símbolo de Lordaeron entre círculos. En el extremo opuesto a la cristalera se encontraban tres grandes sillones que parecían estar cubiertos por lo que podría ser terciopelo de un tono bermellón.
Mientras caminaban enérgicamente Garrett no pudo evitar sentir un nudo en el estómago. Cada año las cuatro facciones que componían la gran Orden se reunían en este lugar para tratar temas de gran relevancia para las mismas, además de intentar limar asperezas que terminaban por avivar aún más el fuego y el odio entre algunas de éstas. Hacía dos años que no tenía lugar una nueva reunión, ya que el año anterior algunos de los caminantes se ausentaron para viajar a otra linea temporal y encontrar a varios miembros de la Orden eterna que habían roto algunas normas poniendo en peligro a los que componían su propio grupo.

Khaden y Azurin esperaban charlando entre ellos cerca de la entrada a la sala, hasta que se percataron de la llegada de sus compañeros y avanzaron lentamente hacia ellos. La estampa de ambos era la misma que cada día en las cavernas. La elfa no había variado ni envejecido ni un ápice en las décadas que hacía que la conocían. Por el contrario el mago que solía ir ataviado con un conjunto de camisa y pantalón esta vez de color amarillo y azul que combinaba con el tabardo dorado, poseía ahora algunas arrugas o marcas en la frente además de aún más si cabía sabiduría en su mirar. Ireli por el contrario había pasado de ser una adolescente débil y desmañada a convertirse en una mujer adulta capaz de sobrevivir a más de una docena de combates contra dragones. Garrett por el contrario contaba con una gran ventaja, lo que entre los caminantes se llamaba ''el don''. Años atrás cuando los dragones aún conservaban un gran poder, algunos de ellos otorgaban el don de la inmortalidad a los caminantes más cualificados. Al igual que había ocurrido con los elfos de la noche milenios atrás, o como a muchos otros caminantes, Garrett quedó estancado en su aspecto de entonces, similar al de un hombre de entre treinta o cuarenta años.

-¿Cómo ha ido el viaje? - preguntó el mago mientras se acariciaba la barba castaña que contaba ya con numerosas canas haciendo juego con su cabello que combinaba ambas tonalidades.
-Normal, tranquilo podría decirse.-respondió Garrett mirando a su alrededor
-Aún no han llegado.-dijo la elfa averiguando el rostro del humano.-Tan solo hemos visto al venerable pandaren y al padre de Ireli.
-¿Strang ha venido? No recuerdo que hubiese asistido desde que...-se detuvo mirando a Ireli.
-Recuerda que mi hermano también debe hacer su elección hoy.- dijo la humana rápidamente.
-Es cierto, no me acordaba.
-Son seis los que se enfrentan a la elección esta vez.-dijo la elfa
-No recuerdo una vez anterior en la que hubiese tantos. Quizás tenga que ver que el año pasado no hubiera reunión
-Es posible.- respondió Garrett al oír las palabras del mago.-¿Aún no hay rastro de ellos?-preguntó refiriéndose a los miembros de la Orden eterna.
-No hemos visto a ninguno, pero de los otros grupos tampoco.
-Quizás hayamos llegado demasiado pronto.-insinuó Ireli
-Somos caminantes del tiempo-dijo Khaden sonriendo- Si no llegamos pronto me sentiría abochornado.

Garrett parecía más atento a otros asuntos que a la conversación que estaba teniendo lugar entre sus compañeros, tras cambiar varias veces de tema decidió ausentarse unos minutos al ver aparecer a Marther Strang por una de las grandes entradas laterales de la sala. El cruzado se acercó rápidamente hasta su viejo amigo. Quizás no habían llegado a congeniar tiempo atrás cuando ambos cumplían objetivos diferentes, pero cuando Nizdorni eligió a Ireli como aprendiz, el paladín basó la mayor parte de su tiempo en conocer a aquellos con los que su hija pasaría el resto o al menos gran parte de su vida. Marther sabía que podía confiar tanto en Garrett como en Azurin y Khaden, y al contrario el caminante conocía lo suficiente a padre de Ireli como para poder pedirle ayuda cuando la necesitara, pero no siempre fue así. Años atrás Marther también fue un miembro más de la Orden eterna, aunque ahora tanto él como muchos habían pasado a ocupar un puesto neutral, formando lo que se conocía como el Consejo.

Garrett caminó hasta el cruzado que ahora poseía la larga cabellera y barbas que antaño lució color azabache, de un tono grisáceo que sin duda había eliminado cualquier rescoldo que quedara de su color natural.

-¿Qué tal estás caminante?-preguntó mientras estrechaba la mano de Garrett a la vez que daba varias palmadas en el brazo de éste.
-Veo que no tan viejo como tu al menos.-bromeó Garrett mientras ambos estallaban en una sonora carcajada.
Garrett observó el rostro del paladín. Aunque el cruzado no le llevaba gran ventaja en cuanto a edad se trataba, en el pasado había sido castigado en numerosas ocasiones como para marcar en su mirada y su reflejo las consecuencias de todo lo sufrido. Además los caminantes muchas veces pasaban tiempo en zonas intemporales donde realizaban sus misiones, lo que conllevaba a que envejecieran más lentamente, cosa que aprovechaba Garrett cada vez que quería burlarse de su amigo.
-¿Qué tal te encuentras desde que...? Creí que no vendrías...-preguntó el caminante intentando no tocar ningún punto que pudiera dañarlo.
-Bien, bueno, poco a poco.-confesó tras una sonrisa forzada mientras desviaba la vista hacia Ireli que le saludaba con la mano desde lejos dejando quizás algo de intimidad para que ambos hablaran de sus cosas.- Me han elegido para dirigir esta reunión, así que tuve que venir.
-¿Está también el pandaren no?
-Si, él e Iridi terminan de formar los representantes del Consejo.

El Consejo no formaba parte de una de las cuatro facciones, sin embargo podía estar formado por antiguos miembros de cada una de ellas que habían decidido retirarse y continuar o rehacer sus vidas. Las funciones del consejo eran las de recopilar toda la información de los hechos que tuvieran lugar además de organizar, reclutar y dar apoyo en el caso de que algún grupo lo necesitara. Una vez al año eran los encargados de presidir y convocar la reunión entre las facciones de la Orden.

-¿Os quedaréis mucho tiempo?-preguntó el cruzado con curiosidad.
-No lo creo, posiblemente nos marcharemos tras terminar la reunión.
-Se ha decidido que hoy se realice la elección y que mañana tenga lugar la reunión.
-Estupendo, he oído que hay bastantes novatos...
-Sí, eso parece.- Marther miró al paladín antes de lanzar la pregunta .-¿Estás nervioso?- preguntó el cruzado esperando ver reflejado en el rostro de su interlocutor la respuesta a la pregunta que había formulado.
-Como para no estarlo.-suspiró.- ¿Y tú? Tu hijo también se enfrenta a la elección.
-Si,.. estoy algo inquieto, pero... sé que elija lo que elija lo hará bien.
-Marther es posible que... nosotros lo vetemos..., lo siento, pero...-Garrett miró al cruzado.
-Lo sé, después de la que lió en las cavernas... no esperaba lo contrario.- Marther sonrío levemente- Por cierto, ella... está aquí.
-¿Ella? ¿Te refieres a...?

En ese momento el grupo de la casa Doe formado por Lord Alexander Doe, Nathan y Katherina irrumpieron en la sala. Aunque aquella estancia estaba en el condado de Brakor, tierras perteneciente a la casa Doe, la mayoría del tiempo se asentaban en Ventormenta o Forjaz, con lo cual eran pocas las veces que la reunión coincidía con su permanencia allí. Garrett se mantuvo serio al ver al grupo, mientras recorría con la mirada a cada uno de ellos. El joven Lord vestía ropas nobiliarias que parecían forzadas en la endeble figura del veinteañero. Por el contrario, los dos oficiales vestían como siempre el atuendo formal de los caballeros de la casa Doe, compuesto mayoritariamente por armaduras de placas y un tabardo rojo con un símbolo dorado en el centro.

El caminante del tiempo observó detenidamente a Katherina. Sus cabellos rubios como el sol recogidos en una larga trenza no habían variado ni un ápice, mientras que el resto de sus facciones seguían pareciendo las mismas que la ultima vez que se habían encontrado, cinco años atrás. La paladina recorrió la sala con la mirada encontrándose con ellos. Garrett sintió un nudo en la garganta cuando vio que el paladín de la casa Doe sostenía disimuladamente la mano de la fémina entre la suya a la vez que susurraba algo a su oído. Katherina le entregó un beso en la mejilla dejándolo junto a Lord Doe para acercarse solitariamente hasta donde se encontraban ellos.

-Señor Strang.-saludó Katherina realizando una reverencia.- Garrett...-saludó tras incorporase y apartar la trenza hacia atrás.
-Será mejor que me marche, aún no he podido saludar a mi hija.-dijo Marther percatándose de la tensión que acababa de formarse.- Os avisaré cuando vayamos a comenzar.
-Gracias Marther.- respondió el caminante a la vez que Katherina sonreía y asentía ante la palabras del cruzado.
Garrett permaneció unos segundos en silencio otorgando a la que antaño había sido su gran amor, el derecho a romper ese incómodo silencio.
-Ha pasado mucho tiempo-dijo por fin tras varios segundos.
-Si, hace mucho que... bueno, no nos encontrábamos. ¿Cómo te va todo?.-preguntó Garrett mientras comenzaba a relajarse a medida que la conversación avanzaba.
-Bien, no puedo quejarme.-respondía rápidamente con una sonrisa en sus rosados labios.
-Me alegro... ¿Qué tal con... el pequeño Lord?
Katherina no pudo evitar mirar hacia su grupo y sonreír nuevamente.
-Bien, obviamente no es Lord Cross Nesai.-el nombre sonó como una punzada en el pecho del caminante, aunque presentía que a la paladina le había costado incluso más acostumbrarse a esa situación, ya que a diferencia del caminante, la paladina servía en la casa Doe.- Pero tampoco es Prim...
-Eso es bueno, no tendréis que matarle entonces.- bromeó Garrett intentando quitar hierro al asunto que tuvo lugar con el antiguo señor de la casa.- ¿Y... que tal... con él?-preguntó mientras señalaba con la cabeza a Nathan.
-Entiende que se me haga incómodo hablar de esto precisamente contigo.
-Lo entiendo, no tienes por qué contarme nada. Tampoco tienes que darme explicaciones de nada, el pasado... pasado es.-dijo el caminante del tiempo.- Lo importante es que estés bien, y que Khairos lo esté también.

Garrett volvió a recordar los nervios que había sentido nada más llegar a la sala al volver a recordar a su hijo.

-Relájate, todo saldrá bien. Nuestro hijo elegirá bien.-Katherina intentó tranquilizar a Garrett con sus palabras, pero éste sabía que cada vez que ella recitaba tales frases las cosas terminaban por torcerse.
-Katherina, tendrás en cuenta que nosotros lo elegiremos como favorito ¿Verdad?
-Sí, lo suponía. Nosotros también haremos lo mismo.
-Sé que si elige irse con vosotros, estará bien.
-¿No te molestará si decide formar parte de la casa Doe?
-Claro que no.-mintió.- ver a mi hijo convertido en un caballero... sería un orgullo para mi.
-Gracias Garrett. Creo que es hora de irme, Lord Alexander me estará esperando.-se despidió Katherina mientras se disponía a marcharse.
-Katherina.- dijo Garrett interrumpiendo su marcha.- ¿Que pasaría si... Khairos nos elige a los caminantes?-preguntó Garrett esperando averiguar la respuesta de la humana.
-La casa Doe está en paz con los caminantes. No tenemos nada en vuestra contra.
-Eso no responde a mi pregunta...
Katherina suspiró ante el comentario del caminante.
-Si os elige,... entonces solo una persona sería feliz con ello.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Garrett, no voy a engañarte. La mayor parte de la vida de tu hijo decidiste pasarla en las cavernas... ¿Qué pretendes ahora? Khairos hará lo que crea conveniente, pero no te forjes falsas expectativas.

Tras responder la paladina dio media vuelta y caminó hasta encontrarse con los suyos. Garrett frunció el ceño ante la confusa respuesta que le había brindado. ¿Quería decir eso que su hijo no sería feliz al elegirlos? ¿Que su hijo no le quería? El desafortunado comentario de la paladina no había sido nada justo. La casa Doe era una de las más reconocidas casas nobles que se remontaban a los tiempos en que Lordaeron prosperaba entre los reinos humanos. Sus hombres de honor recorrían cada rincón del mundo y poblaban cada ciudad humana por pocos que fueran, viajando y ayudando en su camino a los que necesitaban de sus trabajos. Sin embargo una relativamente cómoda vida de caballero o escudero no podía compararse a la vida de los caminantes del tiempo. Eran pocos los que se alistaban o eran elegidos como Caminantes del tiempo, y muchos menos los que sobrevivían al primer año, y esto no ocurría únicamente entre los aprendices de Nizdorni sino entre los caminantes en general. Eran numerosas las guerras que habían padecido ya contra el vuelo infinito, y muchas más batallas contra todo tipo de villanos que intentaban destruir Azeroth...
Quizás no he pasado el tiempo necesario con mi hijo, pensó Garrett, pero sí he intentado que el mundo en el que viva sea un lugar más seguro.

Garrett caminó en solitario hacia una de las puertas de cristales que desembocaban en el gran balcón desde el que podían vislumbrase los grandes jardines que confrontaban la parte trasera del caserón en el que se encontraban. Apoyó los brazos en el muro de piedra blanquecina mientras sentía como la brisa fresca acariciaba su rostro. El caminante hizo examen de conciencia en los minutos que permaneció a solas consigo mismo. Sintió miedo por un instante. Quizás daba por sentado que después de los meses que había pasado su hijo en las cavernas terminara eligiéndolos, pero ¿Y si no era así? Tenía miedo de que su hijo no lo quisiera, pero no era solo eso. Por una vez sintió que sus propósitos podrían caer con todo lo que conllevaba. Mientras permanecía absorto en sus pensamientos sintió como alguien se acercaba silenciosamente y se apoyaba a su lado.

-¿Tanto te gustan los jardines de los Doe?- preguntó el joven.

Garrett se giró rápidamente y encontró al joven de cabellos rubio claro apoyado junto a él.

-¡Khairos! Pensé que...- reaccionó el caminante abrazando a su hijo entre sus brazos.
-Madre me dijo que estabas aquí.- dijo el joven.-Quería verte antes de que nos llamen.
-Por supuesto, ¿Cómo estás? Han pasado meses desde la última vez que te vi. Has crecido mucho, y estás más fuerte.

Garrett observó a su hijo orgullosamente. El joven de apenas diecisiete años poseía un cuerpo bastante delgado, a diferencia de otros jóvenes de su edad, a Khairos le resultaba casi imposible sostener una espada entre sus enclenques brazos, y mucho menos portar armaduras. Sin embargo había seguido el paso de sus padres decidiendo abrazar la Luz desde muy pequeño. Desde entonces tanto algunos caballeros de la casa Doe como el cruzado Strang le habían enseñado a usarla con destreza hasta el punto de ser un joven bastante hábil en el campo.

-¿Más fuerte? ¿Tú crees?-preguntó Khairos extrañado.
-Claro, mírate. Seguro que es de los meses que has pasado con los mercenarios.
-No lo creo... el tiempo que estuve con ellos fue bastante aburrido. Tan solo me tenían sanando las heridas que se hacían entre ellos entrenando.
-Bueno eso es... divertido ¿No?
-La verdad es que no...
Garrett rió ante la respuesta de su hijo a la vez que despeinaba los largos cabellos del joven.
-Hijo, con respecto a la elección... sabes que estaremos orgullosos elijas lo que elijas ¿Verdad?
-Lo sé. Pero padre, quiero que sepas que... elegiré lo que crea más adecuado.
-Khairos mírame, elige lo que te dice el corazón. ¿Entendido?
El joven asintió en respuesta.
-Garrett, Khairos, ya están todos, vamos a comenzar en breve.- interrumpió Marther
-Enseguida vamos.- respondió Garrett y acto seguido apoyó su mano en el hombro del joven sacerdote.- Todo va a ir bien, no te preocupes.

El caminante del tiempo se adentró nuevamente en la sala evitando cruzar miradas con algunos de los componentes del resto de grupos, aunque sí se detuvo ante los Doe, que estaban situados de camino hacia donde se encontraban sus compañeros. Garrett realizó una reverencia ante el joven Lord y después asintió ante Nathan dando lugar a un insustancial pero formal saludo, tras lo cual se dirigió a reunirse con los suyos.

Aunque la sala contaba con un gran círculo en el suelo situado en la zona central, los grupos se habían posicionado como si entre los cuatro formaran las esquinas de un cuadrilátero. Los dos grupos más cercanos al ventanal era el de la casa Doe y el grupo compuesto por mercenarios de Espadas de la tormenta, mientras que los grupos más cercanos a los grandes sillones de color rojo eran el de la Orden eterna y el de los Caminantes del tiempo, ambos situados a su vez enfrente uno de otro que guardaban con un gran espacio entre todos ellos. En cada grupo el líder se situaba en primera línea, mientras que el resto de sus oficiales, que solía constar de dos o tres miembros, aguardaban un par de pasos atrás.
Los dirigentes que formaban parte del Consejo cruzaron entre los grupos saludándolos mientras se dirigían a su lugar. El cruzado Strang tomó asiento en el sillón central, entre tanto el maestro Monlee Nieblaoscura e Iridi se acomodaban a su izquierda y derecha respectivamente.

Garrett y el resto de los caminantes se mantuvieron firme durante todo el tiempo que conllevaron las presentaciones, incluso cuando todos aún tomaban posiciones. Miró de soslayo al grupo frente a él compuesto por cuatro miembros, pudiendo observar como cuchucheaban entre si. Tras algunos minutos de relajo, Marther se incorporó de su asiento y comenzó a explicar el ya conocido por prácticamente todos el funcionamiento del evento que tendría lugar ese día: la elección.

-Bienvenidos todos a la reunión de la Orden. Aunque creo que no veo caras nuevas, no está de más explicar las normas y en qué consiste el ejercicio de hoy. Cada año, las cuatro facciones que componen la gran Orden se reúnen en son de paz para tratar temas de gran trascendencia y que podrían afectar tanto a los aquí presentes con al resto de los miembros de cada uno de los grupos. Gracias de antemano a todos por asistir, ya que os conozco bien a muchos de vosotros y entiendo las numerosas responsabilidades que habéis tenido que desplazar para poder estar aquí hoy. Como ya sabréis hoy comenzaremos con el típico ritual de selección. Ya que el año pasado no hubo evento por razones que debatiremos en la reunión que tendrá lugar mañana, son muchos los nuevos miembros que aspiran a unirse a uno de los bandos presentes.-Marther tomó unos segundos para coger aire y mirar a los allí presentes.- Conocéis a cada uno de los candidatos, así que no os diré nada que no sepáis ya. Comenzaremos por recoger vuestra elección como predilecto y una vez finalizada, continuaremos escuchando sus decisiones.

El sistema de elección cumplía esta vez su décimo primer aniversario. Había sido diseñado principalmente por miembros de la Orden que actualmente seguían formando parte del Consejo, tal y como cada cambio importante, la mayoría de las ocasiones surgen o son aplicada por los miembros de este grupo neutral. El funcionamiento del evento de elección era bastante sencillo: en primer lugar, aquellos que habían sido elegidos para formar parte de la Orden, ya fuera por parentesco o por alguna otra razón, eran convocados para ser examinados una vez más por algunos de los veteranos del Consejo. Una vez pasaban la primera prueba, durante el siguiente año cada uno de los futuros miembros pasaría alrededor de dos ó tres meses formándose y aprendiendo de cada una de las facciones: los Caminantes del tiempo, la casa Doe, la Orden eterna, los mercenarios de Espadas de la tormenta e incluso el Consejo. Allí conocerían lo necesario y tendrían tiempo para averiguar que grupo encajaba más con sus gustos y expectativas. Tras terminar ese periodo deberían esperar hasta que tuviera lugar el acontecimiento de elección. Habían tan solo unas pocas directrices antes de que los novatos se decantaran, cada una de las organizaciones tenían derecho a vetar solamente a uno de los candidatos, e igualmente al contrario, tenían la opción de hacer saber a uno de ellos que era su favorito, de esta forma el elector sabría que grupo es el que desea contar con su presencia y cual no. Una vez que la persona elija bando, pasará a formar parte del mismo con todo lo que conlleva, convirtiéndose aunque en forma de aprendiz por un tiempo, en un miembro de pleno derecho.

-Comenzaremos por la elección de vuestro favorito, tenéis quince minutos para debatirlo.-anunció Marther tras la breve explicación.


-¿Habéis visto como nos miran?, detesto esa altivez gratuita...-susurró Alice al resto de sus compañeros.
-Siempre ha sido así Alice, al menos desde que yo recuerdo.-dijo Zephiel mirando tanto a la bruja como a Cireni y a la joven Lorraine.-No nos tragan...
-Ya sabéis que lo ocurrió con Caleb y Lionell, les faltó tiempo para ir a darles caza.-apuntilló la joven Leproux.
-Quizás no nos han perrrdonado lo ocurrido.
-Eso es obvio Cireni, pero...
-No me refierro a lo de Nizdorni, sino al talismán.-interrumpió la draenei
-¿Qué demonios íbamos a hacer? Caleb se marchó, estuvimos más de un año en peligro, sin artefacto. No sabíamos si volvería, si había muerto o que diantres le había ocurrido.-dijo Alice.- crear un talismán que mostrara el futuro era lo mejor que podíamos hacer.
Alice acarició con sus dedos el nuevo talismán que colgaba de su cuello mientras miraba a la joven hija de Chantalle que portaba el talismán de la niebla.
-Lo hecho, hecho está. Ya tendremos tiempo de echarles en cara todo lo que queramos en la reunión de mañana. Ahora nos toca elegir favorito, ¿Alguna idea?
-Descartad la idea de perder el tiempo en convencer al joven Wood.-confesó Lorraine.
-Contaba con ello querida.-dijo la bruja.- Al igual que tampoco cuento con el hijo del cruzado.
-Una lástima, aunque yo optaría más por la joven maga o por Draken.- susurró Zephiel.
-Estoy contigo, aunque a decir verdad tras las pérdidas que hemos tenido, somos tan pocos que cualquiera sería un gran aliciente.-dijo Alice.

La bruja de pelo negro miró al resto de sus compañeros fijamente. Observó primero a la draenei, que aunque llevaba años de sobra en la Orden, aún costaba entender que era aquello que pasaba por su mente. Se fijó después en la joven pelirroja, hija de nobles y brujos, Lorraine había crecido al igual que Lionell y Caleb siendo prácticamente parte de la organización. Desde pequeños habían conocido a todos los miembros, y muchos habían sido como padres para ellos, sin embargo ahora que había pasado la veintena de edad, debía comportarse como una más y asumir ese toque de seriedad necesario para tirar del lastre que suponía ahora su grupo. En último lugar se fijó en Zephiel, el fuerte guerrero cuarentón de facciones marcadas y cuerpo desarrollado a base de duro entrenamiento permanecía con su mirada de ojos verdosos expectante a la decisión de Alice.

-Elegiremos a Draken.


Brandon hizo un gesto para atraer la atención de los suyos.
-¿Y bien?, al final parece que tendremos que quedarnos un día más.-dijo Ricko Sietemares, el que era el jefe de los piratas.-Tendremos que retrasar nuestra partida hacia...
-Eso es lo que menos me importa.-interrumpió Brandon.- Me gustaría saber donde se ha metido el zoquete de mi hermano, le dije que estuviera aquí antes que todos nosotros, y una vez más... vuelve a estar desaparecido.
-Bran tu eres el jefe, pero no puedes ir cargando siempre con tus hermanos, al final terminarán hundiéndote, ya te lo avisé.- susurró Cedric.
-Bien, no perdamos más el tiempo, elijamos a uno.
-Yo voto por el joven Strang, es el que mejor nos vendría en estos momentos.
-Opino igual, aunque... tampoco nos vendría mal Jake.- respondió el ilusionista ante el comentario proveniente del jefe pirata.
-Cualquiera menos el sacerdote, ya bastante me costó mantenerlo entretenido los tres meses que estuvo...-dijo Brandon
-Pues a ese lo vetamos.
-Tampoco creo que nos fuera a elegir.-rió Cedric.

Brandon miró a ambos, conocía a esos dos desde mucho antes de que su organización tomara siquiera forma, pero ahora, tras todos estos años no dudaba que confiaría su vida a cualquiera de sus dos compañeros. Aunque su grupo de mercenario actuaba directamente ayudando tanto a la casa Doe, aunque en contadas ocasiones, como a la Orden, los inicios de la banda no fueron tan esperanzadores como parecía ser ahora el futuro que el destino les deparaba.

-Elegiremos al joven Strang, y vetaremos al joven Wood.


Katherina miró a Lord Alexander esperando que tomara él la unánime decisión.
-¿Milord, tenéis ya algún favorito?-preguntó Nathan.
-Tanto tú como Katherina habéis insistido en que elijamos a Khairos y sinceramente no puedo pensar en mejor opción. Aunque hay muchos que encajarían en nuestro grupo, como Jake, Sarah o Draken, creo que el joven sacerdote sabrá seguir la estela de la casa Doe y cumplir con sus obligaciones como es debido.
-Gracias Milord.-respondió la paladina.

Alexander miró a sus dos oficiales con admiración. Tanto Nathan como Katherina eran los más antiguos miembros que servían en la casa, ellos habían visto como su familia caía bajo el desastre y volvía a resurgir de sus cenizas repetidamente. De hecho, fueron ambos quienes pusieron fin al destructivo yugo bajo el que el nombre de los Doe moría lentamente en manos del caballero de la muerte Prim Doe, aquel que había sido en vida hermano de su abuelo materno y señor de la casa, Cross Nesai Doe.

-Así pues, elegiremos a Khairos.


Garrett se acercó al resto de sus compañeros para debatir entre susurros la razón de su elección.
-¿Has averiguado algo Garrett?- preguntó Khaden
-Sé que los Doe elegirán a Khairos. El resto no sé exactamente que harán, dudo que ninguno de los otros grupos se interesen en él.
-¿Entonces nos debatimos con ellos?- preguntó Azurin.
-Eso parece ser.-Garrett miró de reojo el grupo de los Doe que charlaban tranquilamente entre ellos.
-Garrett creo que en realidad.-susurró Ireli al grupo.- La decisión de tu hijo ya está tomada. Le elijamos o no como favorito, creo que las cartas ya están echadas.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Pues... que quizás deberíamos usar este comodín para quedarnos con un partido seguro. Por ejemplo Draken.-contestó la joven
-No te falta lógica Ireli pero, piensa en el chico. Cuando reciba las peticiones de favorito, ¿Qué podría pensar si viera que el grupo de su padre no le ha escogido?-dijo el mago.
-Opino igual que Khaden, no es cuestión de afianzar un objetivo, sino de hacer lo correcto.-añadió la elfa.
-Entiendo.
-En realidad estamos tan escasos de miembros que cualquiera sería una buena opción. Pero hay cosas que es mejor hacer.-susurró el mago.
-Garrett, ¿estas escuchando?-dijo Ireli mientras le daba varios golpecitos en el brazo al caminante se se hallaba ensimismado vigilando el grupo de la Orden.
-Sí es solo que,... no me dan buena espina. No termino de fiarme de ninguno de ellos.
-Garrett, déjalo estar. La Orden eterna ha hecho muchas cosas buenas y también muchas malas, pero no podemos guardar rencor eternamente.
-Azurin, mataron a Nizdorni.-respondió seriamente el caminante mientras fruncía el entrecejo.
-Lo vi igual que tu, yo estaba allí. Y también perdí a mi hija en aquella lucha. Sin embargo la vida sigue, no puedes esconderte en las cavernas y odiar a todos los que han hecho algo que no compartas.
Garrett sintió como si le hubiesen dado un mazazo en la cara, tal vez incluso ese mazazo hubiese dolido menos que las palabras de la elfa.
-No creo que sea el mejor momento para tratar estos temas, se nos va el tiempo.-aconsejó el mago que veía como Garrett parecía erguirse al oír las palabras de Azurin.
-Khaden tiene razón.- añadió Ireli.


Garrett miró a sus compañeros seriamente sin dudar ni un segundo en sus palabras.

-Elegiremos a Khairos y vetaremos a tu hermano Ireli, ¿De acuerdo?-preguntó el caminante al resto de sus compañeros mientras asentían conforme.


-El tiempo se ha terminado.-anunció el cruzado.- El maestro Nieblaoscura se encargará de recoger vuestros votos.
El pandaren observó pacientemente como los grupos volvían a situarse en las posiciones en las que se encontraban anteriormente y una vez que todos prestaron atención, desenrolló un pergamino donde reflejaba los nombres de los grupos y sus miembros.
-La casa Doe con más de una treintena de miembros, con Katherina Von Krone y Nathan Villanorte aquí presentes, y lideradas por Lord Alexander Doe, haced entrega de vuestro voto.
Alexander asintió ante el paladín de cabellos dorados que se aproximó hasta el pandaren para entregarle un pequeño pergamino con únicamente el nombre de su grupo y el de Khairos Wood. Cuando el paladín regresaba a su sitio el mago continuó.
-El grupo mercenario Espadas de la tormenta que cuenta con al menos diecinueve miembros, y compuesto por los oficiales Cedric Nevado, Ricko Sietemares y comandados por Brandon McAllan, haced entrega de vuestro voto.- el pandaren levanto la vista colocándose sus anteojos para percatarse de como el mercenario de cabellos rojizos se acercaba hasta él entregándole el trozo de papel con el nombre de su banda y el de su elegido Carsnten Strang.
-Dieciocho miembros venerable pandaren, ayer mismo tuvimos un... accidente.-corrigió el mercenario.
-La Orden eterna con seis miembros, formada por Zephiel Daroudji, Lorraine Leproux, Cireni y liderados por Alice Kyteler.
La bruja caminó con paso decidido hasta el pandaren sin ocultar una grata sonrisa hacia su antiguo compañero mientras le entregaba el trozo de papel compuesto por el nombre de su grupo y el de Draken.
-Por último, Los Caminantes del tiempo con los cuatro miembros presentes, compuestos por Azurin Freshwind, Khaden Green, Ireli Strang y liderados por Garrett Wood.
El caminante se acercó rápidamente al pandaren haciendo entrega de su voto, Khairos Wood.

-El maestro Nieblaoscura entregará a cada uno de vuestros elegidos sus correspondientes votos. Mientras tanto comenzaremos llamando a cada uno de los candidatos que en cualquier caso no han sido votados como favoritos por ninguno de los aquí presentes.-dijo Marther Strang.-Comenzaremos por Jake Turner.
El pandaren que se había retirado hasta la sala contigua entregó los pergaminos a cada elegido.

El joven Jake Turner caminó hasta el centro de la sala, saludó al Consejo y se situó entre los grupos.
-Como sabéis los electores debéis elegir el grupo al que decidís pertenecer, en caso de que os hayan vetado, se os comunicará en el mismo momento.-anunció el cruzado.- podéis añadir unas palabras o lo que deseéis, pero una vez hayáis elegido no habrá vuelta atrás.

-Saludo a todos los presentes, soy Jake Turner. Y he decidido que mi más amplio deseo sería el de formar parte de la casa Doe.

Los presentes aplaudieron y vieron la alegría dibujada en el rostro de aquel joven, que aunque era bastante diestro con la espada le faltaba algunos toques de sensatez dentro de la cabeza. Garrett miró a Khaden y asintió respirando aliviado.

-Y así el joven Turner se convirtió en un prospero y noble caballero con la cabeza hueca, pero caballero a fin de cuentas.- susurró Zephiel ante sus compañeros.
-Ese patán no hubiese sobrevivido en ninguno de los grupos restantes ni seis meses.-respondió Alice en voz baja.

-El siguente, o mejor dicho la siguiente será Daphne Robinson.-continuó el cruzado.

La humana avanzó hasta el centro de la sala. Quizás era la mayor de los candidatos ya que aparentaba al menos haber cumplido casi los treinta. Daphne era una gran ingeniera, había aprendido de los mejores, pero lamentablemente la teoría era solo su punto fuerte. La mayoría de lo que lograba inventar terminaba por funcionar peor que antes de ser arreglado.

-Saludos.-dijo la humana de cabellos castaños mientras realizaba una reverencia.-Tras mucho meditar he decidido que formaré parte, si ellos me lo permiten, de la casa Doe.
El grupo de los Doe aplaudieron con fuerza animados por la decisión de la ingeniera.

-La siguiente será Sarah Jilliam.

La maga caminó animadamente casi a puntos de dar saltitos al avanzar, hasta el centro de la sala tal y como habían hecho sus antecesores.

-Buenos días, soy Sarah Jilliam, y me gustaría formar parte de la casa Doe.

La maga realizó un saludo cortés al resto de los grupos que aplaudían y se acercó hasta sus nuevos compañeros.

-¿Es que nadie conoce el significado de altruismo?-preguntó en tono susurrante Lorraine al resto de su grupo.
-Eres la hija de Chantalle, tu menos que nadie debería conocer que significa esa chorrada.- respondió Zephiel evitando soltar una carcajada.
-Muy gracioso.-respondió la joven inflando los mofletes.

-La gente es estúpida.-susurró Cedric.
-Si, lo sé.... pero... ¿Por qué exactamente?-preguntó Ricko
-Elijen la casa Doe creyendo que ganaran una buena cantidad de oro... nosotros somos mercenarios,¿Es que nadie sabe a que se dedican los mercenarios?
-Es normal, si el jefe pone a los nuevos los peores trabajos, luego no nos eligen.- espetó el pirata.
-Quizás sea porque no los quiero en mi grupo más bien.-susurró Brandon.

-¿Creéis que nos elegirá alguno? Esto debe de ser una broma.-murmuró Ireli.
-Piensa en cuanto nos han elegido hasta ahora en anteriores eventos.-susurró Khaden.-¿No responde eso a tu pregunta?.


-El siguiente será Carsnten Strang.- anunció el cruzado mientras observaba impacientemente a su hijo caminar hasta el centro de la sala.
Ireli observó a su hermano saludándole con una sonrisa. La caminante se fijo en cuanto había crecido su hermano. En muy poco tiempo había pasado de ser un crió a convertirse en un joven capaz de valerse por si mismo, aunque no en todos los aspectos en que se pueda esperar. Aunque estaba a punto de cumplir la veintena, Carsten sabía como desenvolverse y salir airoso de cualquier situación, hasta el punto de desquiciar al mas paciente con cada una de sus caóticas hazañas.

-Hola a todos.- saludó el joven Strang inclinándose forzosamente.- Tras sufrir los entrenamientos con cada uno de los grupos...
Garrett enarcó una ceja.
-¿ Y lo que hemos sufrido nosotros con él no lo dice?- susurró Khaden.
-Guarda silencio.- insinuó Azurin.
-Que destrozó un portal entero...-recordó el mago a la elfa
-He decidido.-continuó el joven.- unirme a Espadas de la tormenta.

Brandon, Cedric y Ricko aplaudieron enérgicamente recibiendo a su nuevo compañero con un gran abrazo. Por el contrario el cruzado Strang frunció levemente el ceño ante el camino que había decidido tomar su hijo.

-Gracias a la luz.-murmuró Zephiel alegrándose de la opción tomada por el joven.
Alice y Lorraine lo miraron y rieron de forma casi inaudible.

-El siguiente será Draken Vercetti.-continuó el cruzado.

El apuesto joven caminó hacia el centro de la sala. Draken era lo que cualquier grupo soñaba, un gran arquero con una puntería perfecta, un joven intrépido y valiente, y un compañero leal y noble. Sin embargo resultaba ser tan perfecto que ninguno esperaba ser elegido por él. El joven vestía armaduras ligeras que podían ser de cuero, y sujetaba en su mano derecha el arco que siempre le acompañaba. Su porte era digno de ver, y aunque no había cumplido siquiera los dieciocho, debido a su estatura y constitución aparentaba ser un bastante más adulto que otros de edades similares como Khairos, Carsnten o incluso su hermano mayor Caleb.

-Quien tuviera veinte años menos...-susurró Alice revisando de arriba a abajo al joven que cruzaba la sala.
-Córtate un poco, que podrías ser su madre.-dijo Zephiel a la bruja que no había dejado de observarlo ni un segundo.
-¿Qué?-dijo Alice girándose hacia el guerrero.-¿Acaso no puedo desear menos edad sin que tengáis que relacionarlo con alguien?.-refunfuñó la bruja ofendida.
-Eso es cierto, yo oigo como lo dice cada mañana al mirarse al espejo.-se burló Lorraine.

-Quería decir unas palabras antes de anunciar mi elección.-dijo el joven Draken Vercetti.- Quería agradeceros a todos lo bien que os habéis portado conmigo durante los meses de entrenamiento. Todos los de aquí ya me conocéis, sé que mi familia está muy anclada a la Orden, mis padres fueron guardianes tiempo atrás, e incluso mi hermano lo fue.-dijo mirando al grupo de la Orden eterna.- Sin embargo yo no soy ellos, no quiero que me tratéis distinto por acciones que hayan hecho otros, sino que me permitáis demostrar lo que valgo por mi mismo. Dicho esto...-el joven apoyó una rodilla en el suelo mientras sostenía el arco entre sus manos.- Deseo dar mi apoyo y mi vida a los Caminantes del tiempo.

Garrett se quedó paralizado, sin duda era algo que ninguno esperaba, cualquiera de los grupos se hubiera sentido igual de sorprendido y alagado de ser elegido por la mejor de las opciones. El grupo le acogió entre los suyos cálidamente mientras se unía a ellos.

-Y por último, Khairos Wood.-dijo Marther.

El joven sacerdote entró en la sala si no atemorizado al menos nervioso por las numerosas miradas que se centraban en él. Realizó una reverencia ante los presentes.

-Pobre chico, no me gustaría estar en su pellejo.-dijo Zephiel mientras miraba al joven y seguidamente a Garrett y Katherina.
-Y los Doe ganan otro tanto...-murmuró Alice

-Soy Khairos Wood, y... antes de elegir quisiera decir que ha sido difícil para mí decantarme por uno de los bandos. Agradezco tanto a la casa Doe como a los Caminantes del tiempo su apoyo y que me hayan elegido como favorito. Tras meditarlo he decidido cual quiero que sea mi misión en todo esto. Quiero ayudar a los que más necesitan mi ayuda, independientemente de los lazos que puedan existir. Es por eso que me decanto por... unirme a la Orden eterna.

La sala enmudeció por unos instantes sin tener muy seguro lo que acababa de ocurrir.

-Hostias...-dijo Ricko en voz alta.
Zephiel comenzó a aplaudir a la vez que daba un codazo a Cireni y Lorraine para que hicieran lo mismo animando así al resto de los presentes. Alice recibió al joven sacerdote sorprendida y a la vez entusiasmada, notando como las manos de éste temblaban. Katherina abandonó la sala, y mientras la bruja sonreía al nuevo miembro de la Orden, su mirada se cruzo con los ojos celestes del caminante del tiempo que comenzaba a fruncir el ceño de manera altamente irritado. Zephiel despeinó al joven mientras sonreía, aprovechó que Lorraine y Cireni se encargaron de Khairos para susurrar a Alice.
-Si esto ha sido impactante, espera a la reunión de mañana...-susurró el guerrero.
-Lo sé Zephiel... lo sé...