jueves, 30 de abril de 2015

La Orden 2.0 - El desenlace


Hacía ya horas que el sol se alzaba en el cielo arropando aquellas tierras al noroeste de los Reinos del Este cuando el grupo comenzó a abarrotar la sala de las reuniones. A diferencia de lo ocurrido días atrás, parecía que esta vez se había corrido la voz de lo sucedido y eran muchos más los curiosos que allí se congregaban. Los líderes tomaron posición al igual que el resto de miembros de cada bando tomó asiento en sus zonas correspondientes.

Los Caminantes del tiempo, incluido Draken Vercetti, esperaban alerta a que llegara el momento clave de la reunión, que había sido retrasado lo máximo posible dando prioridad a tratar el resto de temas que quedaron anteriormente en el aire. Los Doe parecían bastante inquietos, aunque Nathan como representante se desenvolvía bien en su papel, el resto del grupo, a excepción de Katherina que se había ausentado de la reunión, se mantenían algo contrariados por la gran disputa que había tenido lugar hacía dos días. El grupo de los mercenarios se acomodaba en sus asientos rezando por que todo terminase de una vez, mientras que los miembros de la Orden aguardaban temerosos a que se tomara una decisión que ya todos conocían. Ni siquiera los nuevos miembros de cada grupo habían optado por perderse tal acto, ya sea por la gran repercusión de éste o bien por entrometimiento.

Aunque la asamblea había empezado por tratar asuntos livianos para la mayoría de bandos, podía detectarse en el ambiente como la tensión aumentaba y los líderes y representantes se tornaban más irascibles a medida que la reunión avanzaba. Tanto Alice como Garrett no podían encerrar más su odio el uno hacia el otro, haciendo que reaccionaran en contra cada vez que uno tomaba la palabra. Por el contrario, el paladín de la casa Doe intentaba dar la impresión de serenidad, y el mercenario aunque a simple vista pareciera que aquel asunto no le importaba lo más mínimo, en su fuero interno se hallaba cada vez más preocupado por la bruja. Marther intentaba mantener todo en orden, aunque no le estaba resultando nada fácil ya que el resto de miembros del consejo habían tenido que partir rápidamente hacia Kultiras al conocer lo ocurrido al padre de Lorraine. La joven había sido tentada a viajar con ellos, pero se negó al saber que en la reunión se jugaban más de lo que parecía. Su rostro permanecía serio mientras se mantenía lo más alejada de Zephiel que podía, decisión que había tomado tras la discusión que había tenido lugar la tarde del día anterior.

Tras la larga espera que duró aproximadamente varias horas, el cruzado se puso en pie dando comienzo al momento que por unas razones u otras, todos esperaban.

-Bien, puesto que ya el resto de temas han sido acordados, es hora de que tenga lugar la votación para decidir el devenir del grupo compuesto por la Orden Eterna. Antes de empezar me gustaría recalcar que se trata de una decisión de vital importancia, y que aunque creo que la mayoría habéis tenido tiempo suficiente como para compartir y debatir con el resto de vuestros respectivos grupos, o simplemente meditar acerca de lo que elegiréis, espero que no solo lo tengáis claro, sino que hayáis pensado en las consecuencias y estéis totalmente seguros. Dicho esto, hoy se juzga al grupo de la Orden Eterna por los numerosos cargos que se nombraron días atrás, los cuales no volveré a repetir ya que todos estáis al tanto. Sabéis que excepto el grupo que está siendo juzgado, el resto tenéis un voto para absteneros, exigir la absolución del grupo, exigir la pena mínima o por el contrario pedir la pena máxima para el grupo, que como ya hemos dicho, consiste en la disolución total del mismo. Por favor Garrett, ya que habéis sido el que ha propuesto la acusación, me gustaría que empezaras.
-Por supuesto.-contestó el caminante levantándose de su asiento.-He de decir que aunque he debatido con el resto de los miembros de mi grupo, los cuales no todos comparten la misma opinión, debo mantenerme acorde a mis principios, con lo cual exijo la pena máxima. También me gustaría aclarar que no tengo nada en contra de ninguno de los miembros de la Orden, y que si así lo desean en el caso de que el grupo desaparezca podrán contar con nuestro apoyo o incluso algunos de ellos podrían optar a formar parte como Caminantes del tiempo sin que haya represalias ni distinto trato conforme al resto de miembros.
Alice permaneció indemne ante el comentario de su adversario, sin embargo no en todos caló de la misma forma. El joven Khairos sintió un gran pesar dentro de sí mismo tras los tajantes comentarios de su padre, al igual que el resto de miembros comenzaban a mostrar un semblante más agresivo y hostil que minutos atrás.
-Bien, ha quedado claro. McAllan, vuestro turno.-indicó Marther al mercenario que se puso en pie con ligereza.
-En mi caso, tanto yo como los míos hemos compartido mucho tiempo con los miembros de la Orden, y sabemos que sus intenciones distan de las que aquí se expusieron en la anterior parte de la reunión. Todos los líderes, al igual que todos los miembros de cada grupo cometen errores, pero no por ellos hay que negarles una segunda oportunidad. Lo que hicieron los jóvenes guardianes no fue del todo correcto, en eso estaremos de acuerdo, pero ya ellos pagaron por estos errores, no creo que sea necesario exigir a los aquí presentes que tomen las culpas de lo que hicieron otros. Es por eso que pido la absolución del grupo.
-Gracias McAllan. Por favor Nathan, es vuestro turno.
-Claro.-el paladín se puso en pie seriamente.-La casa Doe siempre ha apoyado a los miembros de la Orden, de hecho desde hace casi dos décadas que muchos Doe formaron parte de la misma. Sin embargo no puedo negar que gracias a las hazañas de la Orden perdimos a muchos de ellos. Pienso que la Orden en sí es necesaria para que todos podamos avanzar, pero los errores y temeridades han de pagarse. En consecuencia, mi voto como representante de la casa Doe exigirá la pena mínima.
-Gracias Vallenorte.-continuó el cruzado.-Tras los votos de cada grupo contamos con un empate. En ese caso, como ya sabréis los miembros presentes del consejo decidirán que hacer entre las opciones que se presentan. Aunque la anacoreta Iridi y el maestro Nieblaoscura han debido ausentarse, tengo en cuenta cuales fueron sus respectivas posiciones que me fueron aclaradas antes de su partida. Como antiguo miembro de la Orden he de decir que siento una gran tristeza al ver hasta que punto ha llegado todo esto, pero como miembro del consejo mi deber es elegir aquello que más afiance la seguridad de todos los aquí presentes e incluso de aquellos que aún guardan relación con nosotros. Por ello, y sintiendo un gran pesar, he de dar la razón a algunos de los líderes al decir que la Orden ha padecido innumerables bajas que todos hemos llegado a sufrir en gran medida. Contando con que la mayoría de miembros que componen dicho grupo son demasiado jóvenes para enfrentarse ante tales adversidades además del hecho de que los veteranos ya habéis padecido mucho sufrimiento... creo que la Orden debería...deshacerse.



Sus pies pisaron aquellas tierras no por primera vez. El brujo sintió una sensación de desasosiego al recordar tras los años que habían pasado, que aquel lugar seguía tal cual lo había dejado la última vez que había estado allí, sembrando la duda en su interior de si realmente la Orden se había confiado hasta tal punto de olvidarse de él. Por otro lado, era lo que más sentido tenía ya que para aquellos a los que consideraba sus enemigos, él llevaba varios años muerto. Chasqueó los dedos y caminó con paso firme acompañados de aquellos a los que consideraba su nuevo grupo. Sus pisadas hacían que la hierba a su alrededor se deshiciese en cenizas, e incluso tras su paso podía observarse claramente como una capa de oscuridad inundaba allá por donde pasaba. Vagó hasta el gran portón que se alzaba imperecedero ante sus ojos donde se situaba la entrada a esa parte del castillo Doe, y depositando ambas manos sobre él, hizo explotar el mismo en mil pedazos. Examinó el largo corredor rojizo y dorado que no había variado en años y entonces su susurro golpeó a sus seguidores como si de una rotunda orden se tratase.
-Matadlos a todos.



El bullicio se había propagado rápidamente entre los asistentes a la asamblea, y aunque sabía que todo sería en balde, Alice no hacía otra cosa que intentar desbancar al caminante usando cuantas balas tuviera en su recamara.
-¡No vengas con esas, todos aquí saben qué es lo que te mueve!-gritó la bruja a Garrett.-¡No logras engañar a nadie!
-¡Las razones por las que yo actúe no son de tu incumbencia!
-¡Si lo son cuando me afectan!
-¡Guardad silencio!-protestó el cruzado.
-¡Ya has oído, entrega los talismanes y desapareced de una vez!-exclamó el caminante.
-¡El talismán que muestra el futuro lo creamos, como bien dijiste sin vuestro permiso, con lo cual nos pertenece exclusivamente a nosotros, no creáis que os lo vamos a entregar tan fácilmente!-dijo la guardiana.
-Alice, eso incumple las normas acordadas.-añadió el cruzado.- debeis entregar los dos talismanes.
-¿Quieres saber realmente lo que me importan las normas en estos momentos?
Zephiel se incorporó en su asiento apoyando los brazos en sus piernas y frunciendo el ceño al ver como la situación tomaba un cariz amenazante. Sin previo aviso observó como Thomas daba un respingo en su butaca y lo miró preocupado temiendo que el sobresalto fuera por la agresividad de las palabras que estaban teniendo lugar. Segundos después Brandon se puso en pie cambiando su rostro.
-Silencio...-dijo el mercenario en lo que fue casi un murmullo que quedó eclipsado por los gritos.-¡Que os calléis!-vociferó mientras se concentraba.
El grupo enmudeció. Brandon miró a la druida que se puso en pie rápidamente erizando sus largas orejas.
-¿Qué ocurre McAllan?-preguntó el cruzado.
-Algo... no va bien...-insinuó Brandon.
Zephiel se percató de que Thomas también permanecía atento.
-¿Pasa algo Thomas?-susurró el guerrero.
-Se ha.... se ha oído un gran ruido... y ahora...se oyen gritos o algo parecido...-respondió el joven con el rostro pálido.
-Preparaos, creo que tenemos visita.- dijo el guerrero en voz baja al resto de los miembros de la Orden.- Thomas, escóndete tras las sillas y no salgas hasta que yo te lo diga. Khairos no te separes de él.-ordenó el guerrero.
Brandon oyó lo que parecían ser varias explosiones cada vez más cercanas.
-¡A las armas!-gritó el mercenario rápidamente alertando a los allí presentes que se incorporaron al instante.

Un estruendo irrumpió en la sala destrozando las puertas repentinamente por varias bolas de fuego. El brujo se adentró con paso decidido hasta detenerse frente al grupo enmudecido.

-Tu...-dijo Alice abrumada poniéndose en pie y apretando los puños con fuerza.- No es...posible...

La guardiana se fijó en el brujo de cabellos rubios al que todos allí conocían como Raymond. Su ira comenzó a crecer cuando recordó las innumerables batallas que habían librado contra él en los últimos años, y las pérdidas que había causado el humano simplemente por su sed de venganza. Alice se sintió desconcertada, la Orden había logrado acabar con él hacía tiempo, sin embargo, allí estaba, con ansias una vez más de cumplir su cometido. Brandon levantó sus espadas ante el enemigo posicionándose delante de la bruja para evitar que pudiera hacer alguna estupidez. El mercenario sabía que el odio de Alice hacia el brujo estaba más que justificado, ya que gracias a él había perdido al hombre que más quería.

-Vaya, veo que apenas habéis cambiado.-dijo Raymond.
-¿Qué haces tu aquí?-preguntó el cruzado.-Márchate antes de que acabemos contigo, no tienes derecho a...
El brujo chasqueó sus dedos nuevamente y más de una decena de enemigos entraron en la estancia colocándose a su alrededor.
-No he venido para dialogar...¡Acabad con todos!-ordenó.
Los esbirros de Raymond obedecieron fielmente. La mayoría del grupo estaba formado por humanos caballeros de la muerte, brujos, guerrero o incluso asesinos que se abalanzaron con presteza dando comienzo a la batalla.
Zephiel aprovechó que varios de los suyos intentaban frenar el avance y saltó desde las gradas acortando rápidamente la distancia hasta el suelo. Sujetó la mesa central con fuerza volteándola de manera que quedara de forma vertical creando una especie de barrera.
-¡Thomas, Khairos, venid rápido!
El joven salió de su escondrijo y se acercó hasta el borde del palco donde Zephiel le ayudó a bajar mientras el sacerdote saltaba desde lo alto con sumo cuidado. El guerrero los condujo hasta la parte que cubría la mesa.
-Thomas, ¿Ves ese barco?-señaló el navío de los mercenarios a través de la cristalera.- Necesito que hagas un portal hasta allí, y que sea rápido.
-Lo... lo intentaré.-tartamudeó el joven.
-No lo intentes, hazlo. Khairos tu protégelo a cualquier costa.-ordenó refiriéndose al huargen.

Los mercenarios bajaron rápidamente al igual que el resto de grupos y comenzaron a luchar acaloradamente contra sus enemigos. Ricko atacaba sin cesar con sus sables, al igual que hacía el joven Strang. Los Doe por el contrario permanecían más en guardia protegiéndose los unos a los otros, evitando que tomaran toda la sala. Azurin se transformó en un gran oso desgarrando a un brujo que se cruzaba en su camino, ayudada por Ireli y Garrett que iban acabando con aquellos que se acercaban a ella. Marther observó que tras las destrozadas puertas esperaban aún más enemigos de los que podrían soportar.

-¡Los magos, cread un portal!-gritó el cruzado.
-¡Cedric al barco!-le indicó el líder de los mercenarios
-¡Entendido! ¡Ricko, Carsnten, Ivy, cubridme, necesitaré algo tiempo!-exclamó el ilusionista.
Cedric se ocultó tras sus aliados para poder concentrarse mientras sus compañeros hacían lo propio.
-¡Acabad con los magos!.-gritó Raymond desde la retaguardia.
Uno de los caballeros de la muerte cortó el cuello de Sarah, la maga recluta de la casa Doe que intentaba hacer un portal, mientras que Jake y Daphne el resto de los recién unidos, cayeron fácilmente ante el filo de varios enemigos.

Khaden retrocedió unos pasos mientras se concentraba, tan solo necesitaba unos segundos más, ya que su experiencia en este tipo de campo le favorecía con respecto al resto de magos que se encontraban en la sala. Uno de los guerreros se abalanzó sobre él haciéndole un profundo corte en el costado obligándole a anular su hechizo. El mago se llevó las manos a la herida tras sentir el doloroso tajo que comenzó a manchar su camisa de sangre a pasos agigantados. El enemigo volvió a arremeter una y otra vez sin éxito, hasta que el caminante trastabilló cayendo de espaldas. Desde el suelo observó como levantaba su hacha para asestar su golpe de gracia, pero entonces Khaden se concentró y un aura mágica rodeó a su adversario haciendo que se moviese más y más lento. La flecha atravesó la sala clavándose en la cabeza del enemigo fulminándolo al instante. Khaden miró a Draken y asintió agradecido.
-¡Khaden!- dijo Ireli acercándose hasta el mago herido.
-No es nada.-hizo un gesto de dolor al incorporarse.
-Pierdes mucha sangre,...intenta cubrirme desde aquí.-sugirió la paladina.-Evitaré que se acerquen.

-¡Portal listo jefe!-gritó Cedric.
-Entrad, rápido.- ordenó brandon que se batía a duelo con un asesino.
-¡No entraremos sin ti!-gritó Ricko mientras cortaba la garganta de uno de sus enemigos.
-¡He dicho que entréis!¡Debéis preparar el barco para partir de inmediato!
Ricko miró a Brandon dejando escapar una mueca de disconformidad y después al joven Strang.
-¡Cachorro, nos vamos!
Ricko y Carsnten entraron rápidamente por el portal desapareciendo de la batalla. Cedric aguantó unos minutos más hasta que un puñal se clavó en su hombro.
-¡Agh... maldita sea!-se quejó arrodillándose.-¡Daos prisa, no podré aguantar... mucho más!...
-¡Ivy, entra con él!
-¿Qué harás tu?-preguntó la asesina mientras agarraba al ilusionista por el brazo.
-No os preocupéis por mi, ¡Largaos!
El ilusionista se apoyó en la líder de los asesinos y ambos cruzaron el portal segundos antes de desvanecerse.

-¡Thomas, necesito que te des prisa!-gritó Zephiel mientras atravesaba con su espada a un mago enemigo.
-¡Ya casi está!-gritó desde su posición el joven huargen.
-¡No saldremos de aquí con vida si no te das prisa pequeño!-indicó Lorraine que se movía ágilmente entre los enemigos atacando con destreza usando su florete.
-¡Lo tengo!¡Ya está listo Zephiel!
Una descarga de las sombras golpeó a Kathaisa que salió despedida por los aires girando hasta impactar contra la parte baja del palco.
-¡Kathaisa no!-Zephiel corrió hasta ella sosteniendo su rostro entre sus manos.-¡Khairos!
El joven sacerdote se acercó evitando ser alcanzado por varios ataques de fuego, arrodillándose junto al guerrero. Khairos se concentró implorando a la Luz para que sanase las heridas de la ilusionista, sin embargo para la maga ya era demasiado tarde.
-Zephiel... no... no reacciona.
-¡Inténtalo!-le ordenó poniéndose en pie y observando la cruenta batalla que estaba teniendo lugar.- ¡Cireni, Lorraine, entrad por el portal!
La joven espadachina y la chamán obedecieron fervientemente y corrieron hasta Thomas cruzando sin dilación.
-Zephiel no... puedo sanarla, ella...
-Cruza en portal, ¡Vamos!
-Pero no puedo, irme... mi padre....
-¡Que lo cruces!-gritó el guerrero que cogía el cuerpo de la fallecida entre sus brazos.
El sacerdote asintió asustado intentando buscar a su padre sin éxito antes de desaparecer con el resto.
-¡Alice, vamos!.-gritó Zephiel
La bruja se giró ante el grito del guerrero y mirando fijamente a Zephiel, negó con la cabeza.
-No puedo hacerlo... juré que lo mataría con mis propias manos.-dijo la bruja que seguidamente se quitó el talismán y se lo lanzó al guerrero que lo atrapó al vuelo liberando por unos segundos uno de sus brazos.
-Suerte Alice.
-Cuida de ellos.-se despidió la bruja.
-¡Daroudji!-gritó Garrett atrayendo la atención del guerrero.-¡Cuida de él!-refiriéndose a Khairos a lo que Zephiel respondió asintiendo.
Zephiel y Thomas cruzaron rápidamente antes de que las fuerzas del joven mago comenzaran a fallar dejándolos sin salida.

El grupo apareció en los jardines del castillo, situándose a gran distancia del barco.
-Parece que Thomas no distingue bien las distancias.-insinuó Lorraine.
-¡Te dije en el barco!-le espetó el guerrero.
-He.. hecho lo que he podido...estaba nervioso...
-Maldita sea...- maldijo el guerrero.
-No nos queda más remedio que darrrnos prisa, o de lo contrarrio parrtirán sin nosotros.
-En marcha.-ordenó Zephiel asintiendo ante las palabras de la draenei.

De repente se oyeron varios estallidos seguidos de una gran columna de fuego y humo que se alzaba frente a ellos obligándolos a retroceder. El navío se había hecho añicos ante sus ojos, de lo cual ya solo quedaban trozos del mismo que ardían antes de apagarse al hundirse bajo mar.

-Que demonios...-dijo la joven Leproux.
-¡Los mercenarios estaban allí!-exclamó Khairos.
Zephiel se quedó paralizando ante la dantesca escena observando como los restos desaparecían poco a poco.
-Solo nos queda salirr por el puente.-dijo Cireni.
-No. Si contaban con que usaríamos el barco.... también habrán contado con ello.-dijo el guerrero.- Venid, conozco otro camino...


Los cristales de los grandes ventanales salieron despedidos tras la explosión. La mayoría se giraron atónitos por lo que acababan de presenciar.
-¡No!-gritó Brandon a medida que la ira se adueñaba de si mismo comenzando a transformarse en huargen.
Marther sintió un gran pesar al no saber que habría sido de su hijo tras la explosión, mientras que Alice no pudo evitar ahogar un grito ante el destino que podían haber sufrido el resto de los suyos.

Khaden miró su herida, se sentía cada vez más débil aunque intentaba ayudar a sus compañeros en la medida de lo posible. El mago caminó torpemente cayendo de rodillas junto a Ireli que lograba protegerlo de cada enemigo que se acercaba.
-¡Khaden, no hagas esfuerzos! Estás muy debilitado.
-Debemos sacarlo de aquí.-dijo Draken que se aproximó hasta ellos agarrando con fuerza al mago ayudándole a levantarse.
-Lo siento...-susurró el mago mientras agarraba con fuerza el hombro de la caminante y la mano del joven haciendo acopio de sus ultimas energías.
-Que haces...¡Detente Khaden!...
Ireli miró sus manos que comenzaron a brillar y a desaparecer grdualmente. Tras unos pocos segundos los dos jóvenes ya habían abandonado la sala apareciendo tan lejos de allí que las tierras de los Doe tan solo podían distinguirse levemente en el horizonte. Draken apareció junto a Ireli que se desplomó de rodillas en la arena de la costa cubriendo su rostro de lágrimas de impotencia por no poder salvar a aquellos a los que amaba.

Las fuerzas y ánimos del grupo comenzaron a verse afectadas cuando los enemigos no dejaban de aparecer.

Nathan no hacía más que pensar en Katherina. Su amada no había asistido a la reunión, pero no había sabido nada más de ella. Una sensación de amargura recorrió su cuerpo. Fue entonces cuando observó como un guerrero atravesaba con su espada a Julius que caía muerto al instante. Faby se abalanzó sobre él, forcejeó aguantando los numerosos embates que realizaba el corpulento enemigo y después fue derribada. Nathan corrió hasta el enemigo haciéndole una profunda hendidura en un lateral antes de que volviera a atacar a su compañera. Fue entonces cuando una bola de fuego cruzó ante sus narices derribando a Aomme. La paladina corrió para auxiliar a su hermana, pero era tarde. Nathan sentía como sus fuerzas le fallaban hasta tal punto que sus manos comenzaron a temblar. El paladín sintió un gran dolor que recorrió su cuerpo, dejando caer su espada de entre sus manos y observando como un filo le había atravesado por la espalda sobresaliendo de su torso. El dolor se hizo insoportable cuando el enemigo extrajo la espada del cuerpo de éste, dejando caer al mismo sin apenas fuerzas hasta desangrarse.


El grupo de la Orden cruzó a prisa el patio principal mientras se dirigían hacia un pequeño mausoleo situado en la zona oeste del castillo. Zephiel cargaba con el cuerpo sin vida de Kathaisa mientras el resto le seguía sin separarse ni un instante. Al fondo observaron como varios enemigos hacían guardia, seguramente para evitar que nadie escapase vivo de allí.
-¡Acabad con ellos!-grito el guerrero.
Lorraine se acercó a Zephiel quitándole varias dagas de su arnés, se detuvo varios segundos mientras cerraba su ojo izquierdo apuntado. La daga surcó el aire con celeridad atravesando la garganta de un brujo. Un rayo impacto contra el segundo enemigo que no pudo siquiera reaccionar ante la muerte del primero, y el tercero fue abatido por varios hechizos de luz que le golpearon hasta en tres ocasiones dejándolo casi muerto. Thomas rugió transformándose en huargen y corrió a cuatro patas hasta el enemigo arrodillado propinándole un zarpazo que rasgó la yugular.
El grupo se acercó hasta una fina valla de metal que Zephiel derribó de una patada. Entregó el cuerpo de la ilusionista a Khairos mientras intentaba abrir con varias embestidas la gran puerta de piedra que daba paso al interior del mausoleo.
-Maldición, está cerrada.
-¿No hay forrrma alguna de abrirrrla?-preguntó Cireni
-Solo teniendo la llave o desde dentro.
-¿Desde dentro?
-Estas cosas pueden abrirse desde dentro con el fin de que no se encierre a nadie en su interior.-explicó el guerrero mientra golpeaba de nuevo.
Zephiel había estado dentro alguna que otra vez, sin embargo se aseguró antes de hablar de que su plan pudiera tener éxito.
-Tengo una idea. El techo es de cristal.-señaló hacia arriba donde se encontraba el límite de piedra a varios metros de altura.-Lorraine te necesito.
La joven asintió rápidamente mientras retrocedía sobre sus pasos. Zephiel se arrodilló juntando ambas manos.
-¿Lista?-preguntó el guerrero.
Lorraine dio varias zancadas lo más rápido que pudo hasta apoyar su pie en las manos de su compañero, sintiendo de repente como el impulso la elevaba hasta una gran altura para caer en la cima del pequeño edificio de piedra.
-Vaya salto.-dijo Thomas.
Lorraine caminó por el techo compuesto de grandes láminas de cristal, fijándose en su interior. Se colocó cuidadosamente en el centro de uno los cristales y mientra se rodeaba a si misma con sus brazos, saltó sobre su posición destrozando el suelo bajo sus pies.
La puerta se abrió rápidamente por la joven que tenía varias magulladuras en los brazos y un trozo de cristal clavado en el muslo.
-Buen trabajo Lorraine.
En el interior del mausoleo había una gran estatua de un caballero sosteniendo una espada entre sus manos. A primera vista tan solo había temas decorativos sin ninguna salida.
-Intenta atrancar la puerta Cireni, Khairos sana a Lorraine.-dijo Zephiel mientras tomaba de nuevo el cuerpo de la maga para dejarlo cuidadosamente en uno de los numerosos bancos de piedra que componían la sala.
-Aquí no hay salida, ¿Cómo vamos a huir?.-preguntó Thomas mientras se agitaba nervioso permaneciendo aún en forma de huargen.
-¡Ayúdame a empujar Thomas!-dijo el guerrero que puso sus brazos en la base de la gran estatua.
-Pero... esperad, ¿Qué vas a hacer?-preguntó Khairos.-Esa es la tumba de Lord Cross Nesai.
-Lord Doe fue enterrado en Ventorrmenta.-respondió la draenei mientras colocaba varias tablas de madera junto a la puerta.
-Entonces...-Khairos entendió que ocurría observando como entre el huargen y el guerrero empujaban la estatua.
Entre ambos lograron derribarla quebrándola en un sinfín de fragmentos cuando entró en contacto con el suelo. Zephiel abrió lo que parecía ser una pesada trampilla que aguardaba oculta bajo la escultura. Nada más abrirla el grupo pudo ver unas largas escaleras que conducían a un estrecho pasadizo.
-Coged las antorchas.-ordenó el guerrero.- Este túnel lleva hasta el otro lado de la costa.
-¿Qué ocurre con Alice y con el resto?
-Ya no podemos hacer nada por ellos Lorraine.-dijo Zephiel apesadumbrado.-Alice quería que os pusiera a salvo.


Garrett se detuvo unos segundos para coger aire mientras miraba a su alrededor. La mayoría de sus compañeros ya habían caído, incluso Azurin, que había sido dañada gravemente tras impactar sobre su cuerpo varios hechizos de sombras. Los que quedaban intentaban resistir como podían, pero sabían que era imposible salir victoriosos de esa lucha. Quizás ahora lo único que buscaban era ganar tiempo por si alguien había logrado escapar. Garrett observó apesadumbrado el cuerpo de Khaden que yacía en el suelo, y después se fijó en el de Nathan, que permanecía tumbado sin moverse sobre un charco de sangre. El caminante observó como Brandon recorría la sala acabando con varios enemigos, usando tanto sus espadas y puñales como sus propias garras para aniquilar todo el que se enfrentara a él. De repente el huargen recibió el impacto de varios ataques lanzándolo por los aires bruscamente hasta caer de bruces contra el suelo. Alice lo buscó con la mirada y corrió hasta él mientras Marther, Garrett y pocos más intentaban poner freno a los enemigos. La bruja tembló al arrodillarse junto al mercenario que permanecía sin poder moverse por el daño de los ataques que había recibido. Su aspecto cambió al de humano dejando ver una gran herida en el pecho.
-Brandon aguanta.-le susurró Alice mientras acariciaba su afligido rostro recordando temerosamente la situación similar que había vivido tiempo atrás. 
-Lo siento... Alice.-susurró el mercenario tosiendo.
-Aguanta por favor, te sacaré de aquí...-prometió la humana.

Raymond entró de nuevo en la sala aproximándose a los pocos miembros que quedaban en pie, dibujando una sonrisa en su rostro. Varios de sus súbditos golpearon a Garrett y Marther logrando arrebatarles sus armas y obligándoles a arrodillarse frente al brujo. Raymond se acercó lentamente y apuñaló al cruzado provocando que Garrett se abalanzara antes de ser nuevamente reducido.
-Quiero que veáis que se siente al perder todo lo que conocíais...-dijo el brujo mirando al caminante.-Vosotros me arrebatasteis mi vida,... y yo haré lo mismo con la vuestra. Pero no antes sin veros sufrir y suplicar.
-¡Jamás te suplicaré hijo de perra!- gritó Garrett escupiendo a los pies del humano.

Alice dejó derramar algunas lágrimas viendo como las energías de Brandon se esfumaban poco a poco ante sus ojos. La bruja cogió un puñal del cinturón del mercenario ocultándolo en su mano mientras se incorporaba llena de ira. Alice corrió hasta Raymond derribando a varios enemigos en su camino a la vez que esquivaba varios hechizos por parte de estos. Corrió sin detenerse invocando varias bolas de fuego que el brujo neutralizó con un solo movimiento de su mano. Cuando ya estaba lo bastante cerca sacó el cuchillo y rápidamente intentó clavárselo en el corazón, sin embargo cuando éste estuvo a punto de entrar en contacto con su piel, se detuvo. Su brazo no podía moverse, no podía hacer aquello que tanto deseaba, su cuerpo se había paralizado por completo quedándose a pocos centímetros del rostro de su enemigo. Raymond agarraba con una mano el brazo de Alice, haciéndose con su puñal, mientras que con la otra mano la agarró del cuello.
-Ya tuviste tu oportunidad de matarme Alice...y la dejaste pasar.-dijo el brujo.-¿Cuantos más van a tener que morir por ti?...
Garrett observaba la situación mientras poseía una espada en el cuello.
-Malnacido...-dijo la bruja.-Acabaré contigo... y si no lo hago yo, alguien lo hará por mi. Puedes contar con ello.
-No creo que ahora mismo estéis en posición de hacer nada..., dejad vuestras promesas para aquellos que se las crean...-susurró Raymond.- Lo siento Alice pero tu tiempo se ha terminado...

La bruja sintió como el puñal que había portado minutos antes se abría paso en su abdomen desgarrando su piel allá por donde pasaba. No pudo reprimir un grito de dolor al sentir el enorme sufrimiento de la punzada. El brujo derribó a la humana lanzándola varios metros atrás, golpeándose al caer contra el suelo. Alice se miró las manos ensangrentadas mientras posaba una de ellas sobre el profundo corte, avanzó arrastrándose por el suelo hasta donde se encontraba el líder de los mercenarios que descansaba inerte con los ojos abiertos. Alice agarró su mano mientras el llanto se apoderaba de ella. Giró la vista hacia su enemigo observando como ensartaba al caminante con una espada y después acababa con la vida de los pocos que habían resistido hasta el final. La bruja comenzó a ver como todo a su alrededor se apagaba, como se tornaba gris sin poder distinguir nada más que oscuridad, sintiendo como su alma se liberaba de su delicado cuerpo y observando levemente desde el aire, la grotesca escena en la que la mayoría de miembros habían caído bajo la sed de venganza de alguien que antes había sido uno de ellos.




Alice se despertó bruscamente entre gritos sobresaltando a Brandon que hasta entonces descansaba plácidamente junto a la bruja. Sus manos comenzaron a temblar y mientras gritaba, su respiración comenzó a acelerarse a la vez que su cuerpo se convulsionaba aterrorizada por los hechos que había presenciado
-¡Alice, Alice, tranquila, no pasa nada, yo estoy aquí!.-dijo el mercenario arrodillándose en la cama intentando tranquilizarla sin éxito.-Alice estás a salvo, tranquila...
Brandon corrió hasta la puerta abriéndola apresuradamente saliendo hasta el pasillo.
-¡Auxilio, necesito ayuda!
El mercenario corrió hasta su amada nuevamente intentando rodearla con sus brazos para calmar su respiración.
Thomas abrió rápidamente la puerta de su habitación y tanto él como el joven sacerdote se asomaron sin saber a qué venían esos gritos. La puerta de enfrente se abrió de repente y Zephiel salió hasta el pasillo.
-Vosotros volver adentro.-indicó a los jóvenes.- y no salgáis hasta que yo os lo diga.
En ese momento Lorraine pasó a toda prisa por delante de ellos hasta llegar la habitación de Alice, irrumpiendo en la escena. Zephiel se acercó rapidamente observando como la bruja era tranquilizada tanto por su amado como por la joven. El guerrero permaneció en la puerta para bloquear la entrada de cualquiera que quisiera saber qué era lo que ocurría.
-Ha tenido una pesadilla,-dijo Brandon.-hacía tiempo que no tenía una tan fuerte.
Lorraine acarició los largos cabellos de la bruja mientras intentaba calmarla cuando su mirada se desvió instintivamente hacia la mesilla de noche donde se encontraba el talismán brillando.
-No ha sido una pesadilla... ha sido una visión.-dijo señalando el talismán a Brandon.
-¿Qué es lo que has visto Alice?-preguntó el mercenario acariciando su rostro.

-Él... él..., está vivo.-tartamudeó mientras se mecía alteradamente sobre si misma.-Vendrá... a por nosotros, y no podremos... detenerle.