sábado, 21 de marzo de 2015

Malos Sueños

Hacía ya al menos un par de horas que un manto de estrellas cubría Arak. La tranquila eternidad de la noche se había convertido, para el espíritu de Azurin, en un campo de pruebas, en un salón de estudios y un terreno de aprendizaje donde, en las últimas semanas, había estado descubriendo los entresijos de su nuevo estado. Pero esta noche era distinta, el espíritu de la veterana druida reposaba a las afueras del bastión en ruinas observando el sueño de sus  “hijos”, como ella llamaba en secreto a sus compañeros de viaje. Esta noche la preocupación y la impotencia se palpaban en las auras de los acampados debido a la repentina desaparición de Alice. Azurin miro al Maestro Monlee que siempre dormía a pierna suelta, y percibió agitación  en su espíritu. La druida desvió la mirada hacia Garret, cuya aura volvía a alterarse bruscamente por  quinta vez esa noche.  Se detuvo unos instantes en  analizar es estado emocional de su joven amigo que mal dormía como las últimas noches, pero esta vez, quizás zarandeado por la preocupación, la responsabilidad y la culpa, lo estaba pasando bastante peor.  Como ya había hecho con anterioridad, el espíritu de la druida levito hasta recostarse cerca del humano, y susurrando palabras en su idioma natal consiguió apaciguar su alma.  “Nuestras heridas no sanan como antes, pero el dolor desaparece, nos das paz para seguir luchando” Aquellas palabras resonaban en su interior cada vez que la druida relajaba el sueño a su amigo. Ella era consciente que por ahora, era todo lo que podía hacer.  Se alzó y levito paseando como un alma en pena por el campamento. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro al ver  tienda del matrimonio Strang, las únicas almas del campamento que tenían un buen motivo para no estar tristes pese a lo ocurrido. Pero esa alegría le duro poco al ver la silueta del maestro de cuervos en la lejanía.  El espíritu decido acercarse hasta él.
James Vandante estaba sentado un  roquedal mirando al cielo esperando alguna  esperanza de alas negras que le trajera noticias de Alice. Al ver llegar al espíritu de la druida, hizo un ligero gesto de saludo con la mano y siguió mirando hacia las estrellas.

-Deberías descansar –dijo la druida modulando su voz para intentar darle el toque dulce que tenía en vida-
-No podría dormir aunque quisiera,  y no querré hasta localizar a Alice.- dijo el humano con tono desafiante.
-Pero tienes que estar agotado. La batalla fue muy dura, tus heridas aún no han sanado. Dale un respiro a tu cuerpo. –Añadió intentando convencerle con razonamientos-
-No puedo dejar de buscar, no puedo.-insistió el humano-
-Pero ¿qué será de ti mañana?. Cuando tus ojos cansados no consigan fijar un blanco, o cuando tu mente carente de sueño tome malas decisiones que te pongan en peligro a ti, a ellos-señalando al grupo- o a tus queridas aves. ¿Qué pasara entonces?
-Vandante frunció el ceño indignado por la bofetada de realidad que le acababa de dar la druida y contesto firmemente - ¡Entonces tendré que encontrarla esta noche¡.- James se puso en pie y comenzó a preparar su petate para salir a buscar a Alice.
Azurin miro al humano, y se lanzó contra él, introduciéndose en su cuerpo. Un instante después el joven se caía lentamente contra el suelo mientras la druida salia de su huésped.
-Duerme, hijo mío, duerme. Mama velara por vosotros esta noche.

                                                                                                                                Escrito por Azurin