Hacía días que Alice había cruzado
tímidamente el portal con destino a un lugar que podría llamarse de
todo menos acogedor. La bruja había sentido en su propia piel el
acecho constante de sus enemigos, que además de que no eran pocos,
habían decidido poner a la joven en el punto de mira. Alice no era
tonta, sabía desde que había trazado su elaborado plan con
Chantalle, que esto sería así. De hecho tenía claro que su
enemigo, Vicent Leporux, llegaría a ponerla a prueba para más tarde
utilizarla y por ultimo deshacerse de ella. Sin embargo Alice no le
iba a conceder tal placer, su labor era sencilla, debía mezclarse
entre el enemigo, averiguar todo cuanto fuera posible y si era
posible deshacerse de alguna que otra amenaza antes de abandonar ese
lugar.
El castillo le resultaba familiar, lo
había visitado en otra ocasión, una muy distinta a la actual pero
que conservaba trazas similares que hacían florecer viejos
recuerdos. Sus enemigos eran muchos, decenas más de lo que había
pensado. Sin duda el hermano de Chantalle había logrado reunir a un
gran grupo de mercenarios, sicarios y dementes para que siguieran su
propósito, y no solo eso, sus lineas aumentaban conforme pasaban los
días. Algunas caras eran conocida, antiguos enemigos que guardaban
un profundo rencor a La Orden, otras en cambio, eran totalmente
nuevas, lo que significaba nuevos enemigos con habilidades o poderes
aún desconocidos para ellos.
Alice no pudo evitar fijarse en varios
de esos enemigos. Habían un par de ellos que eran hombres robustos
de aspecto intimidante y pocas palabras. Aunque parecían ser de gran
confianza para Vicent, acercarse a ellos iba a resultar posiblemente
inútil a la vez que peligroso. Tampoco pudo evitar fijarse en una
joven que desencajaba totalmente con el resto del grupo. La tímida e
inocente adolescente no se separaba ni un solo momento de Vicent,
aunque a decir verdad, daba la impresión de que éste quería
acapararla constantemente, evitando que se mezclara con el resto de
sus compañeros. Si esa chica está aquí... es porque tiene algo
especial, pensó, tan solo es cuestión de tiempo que averigüe de que
se trata.
Tras varios días Alice decidió
realizar algún acercamiento, conoció a un pequeño gnomo de pelo
verdoso de lo más irritante. Sin embargo, el pequeño charlatán
había soltado una valiosa información acerca de la joven que había
atraído su atención. Descubrió entonces que llegar hasta ella iba a
ser difícil o incluso imposible.
Alice se sentó en uno de los sólidos
bancos de piedra que creaban un pequeño cerco de escasa altura en
los jardines del lugar. Allí observó como algunos de sus enemigos
dialogaban con total confianza o como otros pasaban el tiempo
entrenando. Entre el grupo pudo ver a Vicent, se hallaba justo en la
entrada que conectaba los jardines con el salón. Parecía tener una
agitada conversación con un hombre de piel morena al que la bruja no
había visto en los días que llevaba en el castillo. Su curiosidad
aumentaba al intentar analizarlos desde la distancia con el fin de
averiguar el tema que se traían entre manos. Permaneció tan
ensimismada en sus enemigos que ni siquiera se percató de que
alguien se había acercado a ella.
-Os veo algo sola, ¿Os importa que os
acompañe?
Alice giró la mirada rápidamente
evitando sobresaltarse, el joven que se había dirigido a ella le
resultaba familiar de estos últimos días. Si bien ambos no habían
cruzado palabra alguna, la mayoría de los que estaban el el castillo
se encontraban o bien a la hora de la cena o a la de la comida, así
que era de esperar que la mayoría de caras le resultasen familiares
a estas alturas. Alice examinó rápidamente al joven, su acento
marcado determinaba que procedía de Kul'tiras, aunque su piel no era
tan blanquecina como la del resto de Kultirenses que había conocido.
Su rostro de facciones varoniles junto con sus largos cabellos
castaños y ojos color avellana hubiesen hecho ruborizar a cualquier
dama que se hubiese atrevido a cruzar su mirada con él, pero Alice
no era una cualquiera.
-Claro, por qué no.- respondió Alice
invitándole a tomar asiento mientras buscaba con la mirada de nuevo a
Vicent.
-No he podido evitar fijarme en vos,
siempre os veo algo abstraída, solitaria.
-Aún no confían en mí.-respondió
Alice mientras cruzaba la mirada con la de su acompañante tan solo
unos segundos.-Es porque creen que soy una de...ellos.
El joven esperó unos segundos
posiblemente intentando encontrar las palabras exactas para continuar
la delicada conversación.
-¿Y lo eres?...
-Claro que no.-suspiró.-He pertenecido
a La Orden muchos años, es normal que desconfíen de mi, pero tengo
mis razones para estar aquí, al igual que...las tendréis todos.
-Yo confió en ti.-el Kultirense posó
su mano sobre la de Alice.- Mi nombre es Jake, si necesitas
cualquier cosa sabed que estoy para serviros.
-Yo soy Alice.-respondió la bruja con
una sonrisa forzada.
Alice se fijó en la sonrisa que
desprendió su acompañante y entendió rápidamente las profundas
intenciones del mismo.
-Gracias, es un gran alivio poder
contar con alguien.
-No hay por qué darlas, me gusta
complacer a damas tan bellas como vos.-dijo tras guiñarle un ojo.
-Ya..., bueno ¿Qué hay de ti?¿Por qué
estas aquí?-preguntó Alice con el objetivo de cambiar el tema por
el que se dirigía la conversación.
-Soy un viejo amigo de Lord Leproux, su
mano derecha en este lugar por así decirlo.-miró a su alrededor
antes de continuar.-No hay nada que ocurra en el castillo que yo no
sepa.
Alice barajó la posibilidad de que sus
intuiciones hubiesen fallado a la hora de juzgar a su acompañante,
quizás no pretendía seducirla, quizás su labor era simplemente
vigilarla. Aunque sus ultimas palabras podrían haber sido tomadas
como una amenaza, Alice prefirió obviarlas y continuar con la
conversación sin denotar un ápice de preocupación en su rostro.
-Si sabéis todo lo que ocurre
aquí...¿Quien es el hombre con el que habla nuestro señor?-Alice
señaló con la mirada disimuladamente al extraño que continuaba
conversando agitadamente con Vicent.
-Ese... es un tema sin
importancia...-sonrió
-Has dicho que confiabas en mi...-dijo
la bruja frunciendo levemente el ceño.
-Está bien, al parecer dice ser el
dueño de este lugar, creo que Lord Leproux intenta negociar con él
pero es difícil hacerle entrar en razón.
-Pensé que este lugar estaba
abandonado.
-Eso mismo pensó nuestro señor, pero
al parecer eso no quita que pertenezca a alguien.-el joven dejó
pasar unos segundos antes de continuar.-¿Que os parece si os invito
a tomar una copa esta noche en mi habitación y os sigo contando
aquello que interese?
La pregunta cogió desprevenida a
Alice, que no supo como tomarla, ahora se encontraba suspendida en un
delgado hilo al desconocer las intenciones de su enemigo.
-No creo que sea una buena idea.-dijo
mientras se ponía en pie.
-Por favor, tan solo una copa.
-Tengo mucho que hacer... y no creo que
deba estar perdiendo el tiempo con...
-¿No confías en mí?
Claramente la respuesta era no, pero no
podía soltarla así como así.
-No es eso... es solo que...¿Qué
opinará Lord Leporux de todo esto?
Jake acercó su rostro al de la joven
para susurrarle.
-El señor Leproux me ha pedido
expresamente que... pase tiempo contigo.
Alice dudó tras la respuesta del
Kultirense.
-Entonces supongo que no puedo negarme .-sonrió Alice
-Te veré esta noche.-dijo Jake
mientras guiñaba un ojo a la bruja.
Por la mente de Alice pasaron infinidad
de preocupaciones, sabía que de una manera u otra era una trampa, o
si no, daría pie a una. No tenía opciones, no podía hacer nada
hasta saber las intenciones reales de su enemigo.
Alice llegó a la habitación de Jake
pasada la media noche, el joven la recibió con esa sonrisa perenne
en su rostro.
-Adelante, estáis... preciosa.-dijo
Jake que se detuvo a contemplar la figura que marcaba el ceñido
vestido de Alice.
La joven se adentró en la habitación
que era de similar tamaño a la que se hospedaba, la decoración era
como en la mayoría de la estancia de tonos rojizos o purpuras.
-No te esperaba tan pronto.
-No tenía nada que hacer así que
decidí venir cuanto antes.-dijo Alice.
-Voy a tomar un baño rápido y
enseguida estoy contigo.-dijo Jake.- Ponte cómoda, las copas y el
vino están en el segundo cajón del armario.
Alice asintió mientras se dirigía
hasta éste para tomar un par de copas de cristal y una botella de
vino rosado que guardaba, o escondía, al fondo del cajón. La bruja
colocó las copas con cuidado en el escritorio y sirvió
generosamente vino en ambas. Mientras lo hacía su ojos descubrieron
en el amplio escritorio de madera maciza un gran estuche repleto de
frascos de diferentes colores y tonalidades. Los recipientes estaban
rellenos de liquido, y sobre cada uno de ellos una nota con varias
palabras indicando el nombre de su contenido. Alice abrió el tapón
de corcho de uno de ellos, era un frasco con un liquido amarillento.
La humana olió el contenido viéndose obligada a contener una arcada.
Se fijó cuidadosamente en cada uno de ellos, la mayoría de nombres
eran desconocidos para ella, pero había algunos que logró
reconocer. Todos eran nombres de venenos. Alice abrió otro de los
frascos que desprendía un suave perfume.
-Cuidado con ese...-interrumpió Jake.
Alice no pudo evitar sobresaltarse
dejando caer el frasco que terminó rompiéndose al llegar al suelo. El
liquido creó un charco de color negro antes de solidificarse
rápidamente.
-Lo siento, no sabía que...
-No importa, es un veneno muy común,
pero sería mejor que tuvieras cuidado a partir de ahora.-Jake se
acercó hasta el escritorio y cerró el estuche con llave.
Alice cogió ambas copas de vino y le
entregó una de ellas, Jake olió el vino cuidadosamente.
-Me encanta el olor del vino.
Jake tomo tanto su copa como la de
Alice y las dejó en la mesa. Se acercó cuidadosamente a Alice
mientras la rodena con sus brazos por la cintura.
-Espero que estés a gusto...
-Por supuesto, aunque hay algo que no
comprendo.-dijo Alice mientras comenzaba a coquetear con su apuesto
acompañante.-¿Por qué... Lord Leporux quería que... me
vigilases?- susurró mientras acariciaba un dedo la mejilla de Jake.
-¿Tenemos que hablar de eso justo
ahora?-dijo mientras se atrevía a besar a la bruja en los labios.
-Me gustaría al menos saber, por qué
envía a un caballero tan apuesto a cortejarme.
-¿Cortejarte?-Jake soltó una
carcajada.-Lord Leporux solo quiere asegurarse de que le eres
leal,... la idea de seducirte ha sido solo mía.- dijo Jake mientras
sin que Alice se percatara cambiaba de posición las copas situadas en la mesa tras ella.
-Mejor entonces.-dijo Alice mientras le
daba un apasionado beso en los labios.
Jake se separó tras el largo beso y
cogió ambas copas, entregándole a Alice la misma que anteriormente le
había entregado a él.
-Bebamos.-dijo mientras ambos alzaban
las copas apuraban el vino de las mismas.-¿Qué te apetece hacer
ahora? ¿Quieres que vayamos directamente a la cama?- preguntó
enarcando una ceja mientras acariciaba el suave cuello de la joven.
-Depende.
-¿De qué?
-De lo letal que sea la
Ricina...-respondió Alice con una sonrisa
Jake cambió su expresión radicalmente,
su rostro afable se tornó oscuro por unos segundos presa de las
palabras de su acompañante.
-No tiene ninguna gracia, es un veneno
increíblemente mortal, no se que intentabas con esa broma.
Alice acarició los labios del joven
con sus dedos mientras le susurraba:
-Yo nunca bromeo...
Tras las ultimas palabras de Alice, la
joven dio un suave beso en la mejilla al Kultirense disponiéndose a
abandonar la habitación. Bastaron tan solo algunos segundos para que
el cuerpo de Jake se desplomara sufriendo espasmos. Alice sonrió al
saber que tan como había pensado, su enemigo cambiaría las copas.
Tan predecible, pensó.
Alice cruzó el largo pasillo
donde se encontraban la mayoría de las habitaciones, caminó
decididamente hasta el fondo y giró hacia la derecha donde al final
del mismo había un gran portón de madera. La bruja llamó a la
puerta en varias ocasiones hasta que el chirrido de la misma al abrirse
rompió el silencio del lugar.
Alice miró amenazantemente el rostro
de Vicent Leproux al abrir la puerta.
-Alice... son las..
-¡Sé que horas son!¡La próxima vez que
queráis saber si os soy leal o no, venid vos mismo!
Vicent parecía perplejo tras estas
palabras, sabia perfectamente a lo que se refería, pero no sabía en
ese preciso momento como encajar una frase acorde.
-Espero que aceptes mis
disculpas.-respondió tras unos segundos
Alice suspiró tras oír sus palabras.
-Por cierto, hay un cadáver en la
habitación de Jake.-Alice guiñó un ojo a Vicent y se marchó de
allí ante el rostro atónito de su enemigo.