miércoles, 9 de julio de 2014

Una segunda oportunidad

El cuerpo inerte de la joven rodó por la oscura y vacía sala, ya estaba inconsciente antes de caer, antes de que su captor la dejara allí tirada sin remordimiento alguno. El frío suelo acarició el rostro de Faby durante horas, mientras el tintineo constante de algunas gotas de agua que lograban filtrarse por las grietas de las antiguas paredes de piedra, era el único sonido audible que la acompañaba en aquel misterioso lugar.

Se trataba de una pequeña y lúgubre cámara, iluminada únicamente por dos antorchas y sostenida con cuatro robustas columnas que poseían delicados grabados. Tanto el suelo como las paredes contenían la misma decoración que la gran cámara que albergaba en el exterior, decoraciones a fin de cuentas de una raza que había colonizado aquel continente milenios atrás. Sin embargo la piedra no es eterna, la cámara se notaba resentida con el paso del tiempo, las grietas se habían apoderado de algunas zonas, y la nieve del exterior se filtraba lentamente con forma de agua.
Varias gotas se precipitaron sobre el rostro de la paladina, bastando solo tres o cuatro para que ésta recobrara la conciencia.

Faby abrió los ojos. Se incorporó lentamente, mientras lo hacía, sintió una punzada en la parte trasera de la cabeza, posiblemente del golpe que había recibido o de la caída. La joven miró a su alrededor, las antorchas dejaban ver poco de la pequeña sala, tan solo una especie de altar, que contrastaba con las imágenes de las paredes, y la puerta que se veía claramente iluminada. Ambas antorchas estaban demasiado altas como para que ella pudiera alcanzarlas.

Se sentó junto a la pared mientras recobraba la compostura. Durante minutos miró la puerta fijamente, recordando lo que había pasado, esperando que algo o alguien abriera aquello que la separaba de su libertad. Pero nadie acudió en su ayuda, nadie respondió a los gritos de desesperación que durante horas resonaron en la cámara.


Faby se despertó bruscamente, pensando que se trataba de un horrendo sueño, una broma del subconsciente que había querido desesperarla atormentándola con un falso recuerdo de su captura. Pero no se trataba de una broma. Su ánimo se vino abajo cuando vio que seguía en aquel siniestro lugar. Habían pasado ya tres días, aunque para ella habían parecido meses, meses que había pasado a la espera de su rescate.

El delirio se apoderaba de ella por momentos. Nadie vendría ya a por ella. Con suerte sus compañeros habrían logrado salvarse y estarían dedicándose a la importante tarea por la que habían venido a esta peligrosa tierra. Con mala suerte, habrían sido sepultados bajo las ruinas de este lugar, asesinados o quien sabe si en el peor de los casos, capturados como ella.

Decidió poner fin a esto, decidió acabar ya con tal sufrimiento que la atormentaba. Buscó su espada a ciegas por el suelo de la cámara, debía haber caído con ella, no podía haber desaparecido de repente.

No la encontrarás....no está aquí...

Faby se giró al oír una especie de susurro. Miró a su alrededor examinando la estancia.

Él no quiere que acabe así...

-¿Quién anda ahí?- preguntó Faby mientras se alejaba del lugar de donde provenía el susurro.

Él quiere que mueras lentamente....

La paladina se mantuvo alerta, estaba demasiado alterada como para poder pensar con claridad. De pronto se fijó en dos pequeñas luces que brillaban a lo lejos, dos luces de color dorado que se acercaban hacia ella lentamente.

El guardián de la cámara quiere que vuestra alma se quede atrapada en este mundo...

-¡Mostraos!¡Mostraos ahora mismo!

El ser que susurraba obedeció a la humana dejándose ver, acercándose lentamente hasta la luz de las antorchas. Faby palideció, sus músculos se habían tensado de tal manera que parecía haberse convertido en piedra.
El espíritu se acercó a Faby. Había visto espíritus días antes, en aquel lugar llamado el Valle de los Emperadores, espíritus de almas atormentadas de aspecto azulado o verde brillante que vagaban sin rumbo por la zona, pero éste era diferente. El espíritu se acercó a escasa distancia de Faby. La joven pudo observar que se trataba de un ser distinto a los otros, podía diferenciarse las formas de su cuerpo, su rostro, su labios y colmillos, incluso podía llegarse a ver las ondulaciones de sus cabellos y las armaduras que debió portar en su día, cuando aún vivía. Sin duda alguna debía haber sido una mogu hermosa a ojos de su raza milenios atrás.

Mi nombre es Kasirian...

Faby permaneció en silencio mientras la mogu hablaba, no podía dejar de observar el rostro de aquel enigmático ser.

Hace milenios que mi alma abandonó mi cuerpo... en un lugar que podría haber sido este mismo...

-¿A qué... a qué os referís?

Morí...o mejor dicho me asesinaron... el emperador Lei Shen acabó con todos aquellos que podían llegar a cuestionar su reinado...

La mogu observó a la humana con curiosidad.

¿Por qué te han encerrado a ti?... Es la primera vez que veo un ser de... tu raza...

-No sé por qué me han encerrado.-respondió Faby.- Si es la primera vez que veis a un humano, ¿Cómo sabéis mi idioma?

Hablo el idioma de los espíritus... mi voz resuena en vuestra cabeza y le dais forma a mis palabras... al igual que puedo entender aquello en lo que pensáis...pronto sabréis de qué hablo...

-¡Os equivocáis!¡No voy a morir aquí!¡Mis amigos lograrán sacarme de aquí!

Tienes coraje pequeño ser... pero... el guardián no abrirá las puertas hasta que hayas muerto... su labor consiste en conseguir almas, almas que luego usará para devolver la vida a mogus de piedra o criaturas similares...si no me creéis mirad...

La mogu señaló hacia arriba. El techo de la sala estaba totalmente oscuro, pero sin razón aparente poco a poco fue abriéndose camino un foco de luz cían. Alrededor del foco giraban decenas de almas, decenas de espíritus como los que había visto días atrás. Faby observó la escena horrorizada, habían muerto muchos antes que ella en aquella cámara, y tras su muerte, muchos mas irían abarrotando el cielo de la cámara por toda la eternidad.

Faby cogió una piedra situada junto a ella, caminó con decisión hasta la puerta y comenzó a golpearla con las escasas fuerzas de las que aún disponía.

Si fuera tan sencillo... hubiese escapado años atrás...

-¡Qué demonios haces aquí entonces!¡Lárgate de mi vista!

No puedo partir... he de cumplir aquello que me retiene en este mundo... debo matar a Lei Shen...

-¡Lei Shen ya fue asesinado! ¡Ya murió a manos de razas ''pequeñas'' como yo! ¡Así que nada te retiene aquí!- gritó Faby llena de rabia y frustración.

Imposible...

La mogu indagó en la memoria de la humana, escrutó en sus recuerdos hasta confirmar las palabras de aquel insignificante y endeble ser. La ira se hubiese apoderado de su cuerpo si hubiese tenido tal cosa, pero lo único que sintió fue miedo. Kasirian estaba aterrada, su venganza era aquello que le había dado esperanzas durante miles de años, tan solo deseaba cumplir su destino y recibir un descanso digno. Pero su venganza no se cumpliría, obligándola a vagar por siempre en aquel lugar.

La mogu observó como la humana golpeaba inútilmente la puerta. ¿Esos pequeños seres habían derrotado al emperador? ¿Al gran rey del trueno? Sin duda notaba en ella valor y poder, pero la mogu se preguntaba si tanto como para hacer aquello que los grandes mogus no pudieron hacer.

Jamás lograrás salir de aquí...

-Eso ya lo veremos...- dijo Faby con el ceño fruncido mientras seguía golpeando la puerta con la dura piedra.

Tan solo los mogus sabemos como abrirla...

-¿Entonces por qué demonios no has escapado ya?

Porque necesito un cuerpo para hacerlo... alguien lo suficientemente poderoso como para contener mi alma....

Kasirian y Faby se miraron la una a la otra. En ese momento ni siquiera hizo falta saber que pensaba cada una, ambas lo tenían claro, ambas necesitaban una segunda oportunidad, y tenían claro que no podrían hacerlo solas.

-Salgamos de aquí entonces...-Faby extendió su mano hacia la mogu.

¿Estás segura?...

Faby asintió convencida, si había algún modo de salir era ese.

Kasirian tocó la mano de Faby otorgándole una pequeña descarga, su alma se introdujo lentamente en el incomodo y pequeño cuerpo de la humana. Sus extremidades se adaptaron, su mente se introdujo cerca de la de Faby, su alma se acomodó junto a la de la humana, y por unos segundos los ojos de la paladina se tornaron dorados, indicando que todo había salido bien.
Faby se sintió algo mareada, sintió una punzada en su cabeza, una especie de sonido agudo que retumbaba dentro de ella. A los pocos minutos el sonido cesó para da lugar a la voz de la mogu.

Interesante... has logrado sobrevivir.-dijo la voz de Kasirian en la cabeza de Faby.

Ahora... salgamos de aquí...


_____________________________________

¡Faby obtiene ''Alma de piedra'' hasta que Kasirian cumpla su objetivo!

Alma de piedra: 
-Al atacar: si Faby obtiene 1 en tirada al atacar (con bonificación o sin ella) en vez de recibir daño, automáticamente realizará un golpe critico al enemigo.
-Al defender: si Faby obtiene 1 en tirada de defensa (con bonificación o sin ella), automáticamente se defenderá del ataque. (También es aplicable a la hora de intervenir)