martes, 8 de julio de 2014

Jugando con la muerte


Molino ámbar agonizaba. No ahora, no tras el incendio que había tenido lugar meses atrás, ni tampoco cuando sus anteriores inquilinos decidieron dejar atrás aquel sombrío lugar, agonizaba desde mucho antes. Nada ni nadie tenía poder suficiente como para sanar aquel enfermo lugar. El silencio sepulcral reinaba en todo aquello que abarcaba la vista, la oscuridad custodiaba sin descanso y el profundo hedor a muerte y descomposición lograba nublar la sensatez de cualquier ser vivo que tuviera el suficiente valor como para adentrarse en aquellas tierras malditas.

Beatrice no parecía estar preocupada por nada de aquello, sabía que su estancia allí sería breve. Había llegado junto con un pequeño grupo hacía tan solo un día, su labor era tan simple como encontrar el rastro de un archimago que custodió esa base durante años. Si bien no habían logrado obtener pista alguna del susodicho, lo que habían hallado era más de lo que pretendían encontrar.

La bruja abandonó la estancia donde tanto ella como sus compañeros descansaban. Se aseguró de que nadie la hubiese oído salir, lo que menos necesitaba ahora era preguntas molestas acerca de sus actos. Ella sabía lo que hacía, y no le importaba si el resto de magos no aceptaba sus estudios, el conocimiento no puede ser malo, pensó, son las personas las que hacen los malos actos. Pero aún así sabía cuan estrictos y conservadores podían llegar a ser los miembros del Kirin Tor, así que la mejor opción era evitar los problemas, al menos por ahora.

Beatrice avanzó hasta el lugar y comenzó a cavar. Estaba allí, nadie la había movido ni un solo milímetro, claro que, en aquel lugar... ¿Quien iba a hacer cosa semejante? Según habían averiguado horas antes, el cadáver se trataba de una joven humana, apuñalada en el abdomen posiblemente meses atrás. La bruja no pensaba volver a Dalaran con las manos vacías, no había hecho tal viaje en balde, nadie la había sacado de su laboratorio e interrumpido sus estudios para no encontrar pista alguna.

Sacó de su bolsa varios frascos, todos de colores muy diversos, y comenzó a hacer sus experimentos. Era una formula sencilla, sin complicaciones extremas, de hecho siempre le resultó cómico que tal poder cobrara vida con ingredientes tan sencillos y básicos, y lo que es mejor, que tan solo unos pocos lo hayan descubierto.

-Pensé que necesitarías un sacrificio o algo así.- interrumpió Khaden que se había aproximado silenciosamente.

Beatrice se sobresaltó al oír la voz del mago. Por suerte la bruja lo conocía bastante bien como para saber dos cosas: una de ellas era que no la delataría, y la otra que él odiaba más que ella el hecho de volver con las manos vacías.

-No vuelvas a hacer eso.-respondió Beatrice mientras fulminaba al mago con la mirada.
-Sabía que tarde o temprano lo intentarías.-dijo en voz baja mientras se acercaba a ella.-¿Crees que con eso... bastará?-preguntó mientras observaba detenidamente los distintos frascos que empleaba la bruja.
-Depende de para qué...
-¿Crees que no sé que intentas?... tan solo me sorprende la metodología que empleas, pensé que necesitarías rituales complejos, una gallina muerta... tu ya me entiendes.-dijo Khaden en tono de burla.
-Vaya, me sorprendes, al final va a resultar que sabéis mas de nigromancia que yo.
Beatrice continuo con su tarea unos minutos más antes de continuar.
-Tienes parte de razón, es necesario hacer un ritual para devolver la vida a un muerto, pero yo no quiero revivirla, tan solo quiero hacerle... unas preguntas.
-Por un momento me habías preocupado.-dijo el mago irónicamente mientras enarcaba una ceja
-Además no podría realizar un ritual de tal calibre aquí, no sé por qué pero creo que la cría me haría desperdiciar el tiempo.-dijo la bruja refiriéndose a Sharr, la joven aprendiz del mago.
-¿A qué te refieres?
-¿No te has dado cuenta aún?, Esa cría hace algo, no sé con total seguridad de qué se trata, pero anula la magia o algo parecido. Estoy convencida de que el encantamiento que rodeaba el libro que encontramos esta tarde, se anuló cuando ella se acercó.
-¿De qué demonios hablas? Eso es imposible, nunca he conocido casos así, creo que exageras.
-¿Y qué hay de los brujos que hacen pactos con demonios?
-Un brujo es un brujo, estamos hablando de una cria que nunca ha usado magia antes...
-Como querais entonces... yo tan solo te lo estaba avisando...

Beatrice uso el cuentagotas para extraer una pequeña cantidad del extraño líquido purpura que contenía el recipiente cristalino donde había tenido lugar las mezclas. La bruja le hizo un gesto a su compañero para que guardara silencio, y a continuación derramó alrededor de cinco o seis gotas en el rostro del cadáver.

-Tendremos tan solo unos pocos minutos, os aconsejo de que no perdáis el tiempo con tonterías.
-De acuerdo.- respondió Khaden observaba con detenimiento sin saber que iba a ocurrir a continuación.

Bastaron tan solo tres minutos de reloj para que el cadáver se despertara, la humana muerta pareció inhalar aire con todas sus fuerzas, como si llevará meses aguantando la respiración. El cadáver se agitaba, aunque no tenía fuerzas para incorporarse, parecía querer escapar de aquel lugar, parecía saber qué era lo que le había ocurrido.

-Espero que no dure mucho el shock, o no tendremos tiempo para nada.-susurró Beatrice.

La joven pareció rendirse ante los inútiles movimientos que no daban lugar a nada, no lograba ver nada a su alrededor, ni tampoco oler, tan solo oía sus propios pensamientos repetitivos, que posiblemente eran los últimos que habían pasado por su mente en el momento de su fallecimiento.
Beatrice se acercó a la humana muerta arrodillándose ante ella.

-¿Cómo te llamas?-preguntó desde una distancia prudente.-Hemos venido a ayudarte, ¿Podrías decirnos vuestro nombre?

La caja torácica y las cuerdas vocales de la humana parecían haber perdido fuerza con el paso del tiempo, su voz ahora no era más que un susurro, una especie de siseo siniestro.

-Ivy... Ivy...-susurró
-¿Te llamas Ivy?- preguntó Beatrice que miró a su compañero antes de volver a formular la siguiente pregunta.- ¿Quien te hizo esto?¿Quien te...?- Beatrice decidió no decir la palabra, bastante traumático debía de ser ya para el sujeto como para recordarle que había muerto, de haberlo hecho posiblemente habría arruinado el poco tiempo del que disponían.- ¿Quien pretendía hacerte daño?

-Fue él... él me lo hizo... él me traicionó...
-¿Qué hacias en un lugar como este, eras maga?- preguntó Beatrice
-La orden...la orden... él... me traicionó...

Khaden se hallaba perplejo, su rostro había palidecido mientras unas tremendas nauseas recorrían su cuerpo, no sabía como actuar, no sabía siquiera que pensar de todo esto.
-Beatrice, termina con esto...por favor.
-Le falta poco, debemos averiguar algo más.

Beatrice no tuvo tiempo siquiera a reaccionar, el cadáver dejó de agitarse para volver al estado en que se encontraba minutos antes. La bruja se puso en pie sacudiendo la tierra que había ensuciado sus pantalones.

-¿Estás bien?-preguntó la bruja mientras se acercaba hasta el mago
-Sí, es solo que... nunca había visto algo parecido, tan solo me ha sorprendido.
-Siento que hayas tenido que presenciarlo Khaden, prefería haberlo hecho sola.
-No importa, estoy bien.-dijo el mago que se alejó rápidamente unos metros intentando aguantar el vomito sin éxito alguno.

Beatrice no le culpó por ello, la escena había sido bastante grotesca, a ella misma le llevó bastante tiempo hasta llegar a acostumbrarse a situaciones como la que acababa de suceder. Se acercó lentamente al humano para darle un par de palmaditas en el hombro.

-Al menos ahora ya sabemos algo, parece ser que esa orden traicionó a esa pobre chica y la mataron.
-¿Crees que... le hicieron lo mismo al archimago?-preguntó Khaden mientras se limpiaba con un pañuelo.

-Tarde o temprano lo sabremos...