miércoles, 23 de julio de 2014

Aomme Higurashi - La cazadora (Parte 1)


La cazadora avanzaba rápidamente entre las rocas sin y la vegetación en descomposición. Su determinación era completa y su presa no estaba lejos. A su lado Willow, su fiel lobo, corría sin hacer ningún ruido al igual que su dueña. Habían tomado la precaución de correr contra viento para impedir que los descubriesen por el olor.

“¿Qué estará haciendo ahora?”

Aomme se obligó a apartar de su mente cualquier pensamiento que no fuera alcanzar a su presa. Las huellas eran recientes y su lobo me mostraba ansioso, estaban muy cerca.

Había retirado el veneno de la punta de sus flechas, en aquella ocasión no le sería de ayuda pero aún así tenía una pequeña sorpresa preparada.

Willow se detuvo al tiempo que su pelo se erizaba y enseñaba los dientes, su presa estaba al alcance y ella sabía perfectamente lo que debía hacer. Cargando su arco con una flecha rodeo lentamente la zona al tiempo que escalaba una roca en completo silencio, una posición alta siempre daba ventaja en un combate y ella no iba a dejar nada al azar.

Cuando localizo a su presa sintió repulsión, los renegados siempre le habían parecido criaturas horribles. Aquel no muerto avanzaban lentamente seguramente sintiéndose ya a salvo de cualquier peligro, no tenía ni idea de que estaba a punto de recibir un ataque preciso y mortal. Aomme ya lo había hecho muchas veces, apunta lentamente a la cabeza de su objetivo. Pero en el instante que estaba por disparar se encontró pensando en otras personas y si se encontrarían bien.

“¿Qué me pasa?”

Su despiste, el primero en años, le costó apoyar mal un pie y caer por la ladera de aquella gran roca para aterrizar de rodillas perdiendo la flecha que tenía preparada, el renegado no espero ni un segundo para cargar contra ella. Por fortuna, Willow apareció en ese mismo instante saltando contra el enemigo al cual derribo con su cuerpo apartándose velozmente. Aomme cargó hábilmente una nueva flecha al tiempo que el renegado se levantaba. Disparó rápidamente casi sin apuntar atravesando el hombro de su presa. El no muerto se quedó durante unos segundos mirando la flecha y se rió con su voz horrorosa, aquella risa se interrumpió cuando vio a la cazadora sonreír también.

-Sorpresa.- Dijo Aomme.

En aquel momento la flecha exploto seccionando el brazo del renegado violentamente, antes de tener tiempo de reaccionar la cazadora disparo nuevamente alcanzando esta vez en el cuello al enemigo.

-No, no maldita.-Dijo el renegado antes de que la explosión le arrancase la cabeza.

El cuerpo inerte aterrizó en el suelo mientras Aomme mandaba rápidamente a Willow que se mantuviese en guardia y olfatease los alrededores por si se acercaba algún curioso indeseado.

“Tengo que centrarme.” Se reprendió a si misma.

Revisó el cuerpo y encontró lo que buscaba, aquel pergamino tenía el sello de lo que solía llamarse la joya de la corona o la guinda del pastel, el líder de los renegados que habían iniciado aquella operación secreta para tomar posesión de Stratholme para su señora Sylvanas.

Había muchos intereses en aquella ciudad, muchas fuerzas enfrentadas que reclamarían aquella ciudad para si pero Aomme sólo tenía un objetivo y era asesinar a no muerto que se creía intentaría volver a propagar la peste en aquellas tierras justo ahora que se estaban recuperando.

Willow volvió corriendo obedientemente, con su hocico movió la mano de la cazadora y empezó a dar vueltas alrededor de ella.

“Se acercan enemigos.”

Acariciando a su fiel compañero abandonó aquel lugar a toda velocidad dejando el cuerpo, la persona que la había contratado había insistido en que los cuerpos no debían ocultarse, Aomme suponía que aquella persona pensaba que de aquella manera enviaba un mensaje a sus enemigos intentando persuadirlos, pero ella pensaba que era una perdida de tiempo y que la única manera de detener a los renegados era acabar con su líder.

Mientras avanzaba de vuelta a un lugar más seguro se sintió tentada de enviar un mensaje pero finalmente rechazo la idea. Ella era solitaria y era mejor, no tenía que pensar en nadie más que si misma.

No paso mucho tiempo antes de informar a la persona que la había contratado, un noble que jugaba a la guerra en su opinión pero la verdad es que su cometido era honorable, aunque aquel hombre no había visto un combate de cerca en su vida. A pesar de querer mantener su identidad a salvo, a Aomme no le costó nada descubrir que se trataba de Jean Laborde, el heredero de una familia de la baja nobleza que buscaba gloria militar. Mientras le informaba pudo ver como el hombre se asustaba ante los detalles pero parecía contento de saber que iban por buen camino, según aquel hombre de finos modales estaban cerca de dar con su objetivo aunque la cazadora creyese que no iban a ser tan fácil.

Aquella noche Aomme se encontró en su pequeño refugio pensando demasiadas cosas que le hacían plantearse que haría una vez terminada su misión, mientras Willow dormida plácidamente, ella observaba la luna claramente pensando que quizá debería hacer por lo menos una visita a su hermana para ver como se encontraba, además estaba el tema de aquella espía que no podía quitarse de encima. Había usado casi todos los trucos que conocía para despistarla pero tarde o temprano siempre parecía volver a encontrarla. A medida que el sueño se apoderaba de ella empezó a fantasear con una vida muy distinta a la que llevaba hasta que finalmente se durmió.

Escrito por Julius Heide