domingo, 23 de marzo de 2014

Lágrimas de venganza.

La humana vislumbró por fin entre la niebla lo que quedaba del castillo. Lo que hacía meses se había alzado imponente ante ella, ahora estaba reducido a escombros. El humo aún decoraba el grotesco escenario, ni siquiera la lluvia había logrado apagar las fervientes llamas que habían arrasado aquel lugar días atrás.

Desmontó rápidamente de su corcel mientras esquivaba torpemente los obstáculos que se interponían hasta llegar a la puerta destrozada de la fortaleza. La lluvia no había sido clemente ni con sus ropajes ni tampoco con sus cabellos azabaches, que se encontraban empapados.

Se tambaleó varias veces mientras avanzaba por aquel lugar en ruinas. Sus ojos, empañados en lágrimas reflejaban el dolor de lo que estaría por venir. Caminó sin cesar escrutando cada una de las habitaciones del castillo, esperando encontrar alguna señal de aquel al que amaba, pero fue imposible, todo lo que conocía había desaparecido.

He llegado tarde, pensó. Sabía que no hubiese podido hacer nada por salvarlo, pero al menos hubiese demostrado que su corazón estaba con él. Ella siempre lo había amado, cuando otras tan solo esperaban conseguir sus objetivos, Kathaisa había dado todo de sí misma por él, por su gran amor Lionell.

Ya no estaba. La orden había logrado su objetivo.
Cuan horrible pueden ser las acciones de aquellos que se hacen llamar los justos, los buenos, los benevolentes.... ¿Acaso eran ellos distintos a Lionell? Pensó.

Las lagrimas recorría su rostro sin descanso, el llanto se había convertido en un grito de dolor, su corazón se consumía al pensar que nada tenía ya sentido. No había nada que pudiera obligarla a seguir, lo único que deseaba era llorar su muerte hasta reencontrarse nuevamente con él.

Oyó varios pasos, pero no le importaban. Tanto si era un miembro de la orden como si no, le era indiferente que hicieran con ella, quizás incluso le diera las gracias por hacer el reencuentro más sencillo.

Una rosa negra cayó junto a su rostro. Kathaisa levantó la vista débilmente para descubrir al desconocido que se encontraba junto a ella. Se percató de que se trataba de un humano, vestido con un atuendo bastante extraño, sus ropajes no parecían haber sido sacados de cualquier tienda. Portaba un traje negro con tonos color rubí, una larga capa que cubría desde los laterales y un sombrero de copa negro. Llevaba una máscara que tapaba parte de su rostro, aunque podía entreverse la parte al descubierto. Sus ojos verdes emanaban un aura extraña, lo cual hacían de éste un ser más siniestro si cabía.

Kathaisa volvió a apoyar su rostro en el frió suelo de piedra mientras se mantenía en silencio.

-Siento vuestra pérdida milady.- dijo la voz profunda y varonil del extraño caballero.

El humano se arrodilló junto a ella mientras acariciaba su rostro con sus delicados guantes oscuros como el carbón.

-Dejadme, os lo ruego, tan solo deseo morir en paz.
-Comprendo vuestro sentimiento... si lo deseáis yo mismo puedo aliviaros de ese pesar que ahonda en vuestro dolorido corazón.- dijo el extraño con voz segura.
-Tan solo quiero que seáis rápido, ya he sufrido suficiente.
-Por supuesto, os lo prometo. Aún así es una lástima que alguien con tanto talento como vos decidáis malgastar vuestra vida.
-Es lo que deseo.- afirmó Kathaisa mientras sus ojos se cruzaban con los ojos verdosos del caballero.
-No puedo prometeros traeros a vuestro amado nuevamente, ni siquiera puedo prometeros ocupar su lugar en vuestro corazón, pero hay algo que deseas al igual que yo, algo que ahora no percibes ya que el dolor no os deja verlo. Algo que ambos compartimos.- susurró el extraño mientras acariciaba los cabellos de la joven.- Se llama venganza.

Kathaisa frunció el ceño sorprendida por sus palabras.

-Ambos hemos sufrido a manos de ellos, y al igual que nosotros, hay muchos que esperan el momento idóneo para proclamar su venganza.... Uníos a mí y os prometeré que sufrirán, los veréis caer uno a uno...
-Es imposible... nadie puede con ellos... ni siquiera Lionell y su orden pudo.
-Creedme, nosotros podremos, aquellos a los que busco son personas como vos, han sufrido su ira, ahora es el momento de que paguen por sus actos.

El humano se incorporó lentamente mientra extendía su mano hacia la joven.

-Demostradles que lo que han hecho merece un castigo milady.

Kathaisa se ayudó del caballero para ponerse en pie. Sintió como le secaba sus lágrimas mientras la miraba fijamente. La joven apretó sus puños con fuerzas mientras sentía como su interior ardía de rabia.

- No descansaré hasta acabar con todos ellos... no me detendré hasta vengar la muerte de Lionell...