lunes, 25 de noviembre de 2013

El sexto guardián

Monasterio de Tian, Una semana tras el enfrentamiento con el maestro.

Zephiel observaba a través de la ventana, la delicadeza con la que las rosadas hojas caían lentamente de los árboles de aquel paraíso llamado El bosque de jade.
No podía dejar de pensar en lo que había ocurrido tan sólo hacía unos días. Sus enemigos no solo habían logrado escapar con vida sino que se habían apoderado del talismán.

Sintió que alguien le acariciaba el hombro.
-No te culpes por ello.- susurró Kendra a su oído.
Las palabras de la elfa no surtieron el efecto que ella esperaba. Zephiel siguió observando el paisaje, intentando a duras penas dejar la mente en blanco.

El Monasterio de Tian era un lugar precioso para alojarse, La Orden había decidido trasladarse allí tras lo ocurrido. El lugar cumplía con todo lo necesario, y la hospitalidad con la que habían sido acogidos por los pandaren no tenía rival.

Zephiel intentó serenarse y observó a cada uno de los allí presentes. El rostro de los allí reunidos tenían un patrón en común, denotaba tristeza, impotencia y decepción entre muchos otros aspectos
Muchos de ellos habían arriesgado su propia vida por proteger algo que ahora ya no se encontraba en su poder, y que daba sentido a La Orden.
-El pasado, pasado es.- dijo Monlee intentando animar a sus compañeros.- Es labor nuestra seguir hacia delante.- La melodiosa voz del pandaren melló las defensas anímicas de sus compañeros.
-Monlee tiene razón, no arreglaremos nada lamentándonos.- dijoTahlean.
Karin escuchó atentamente las palabras del elfo y seguidamente miró a Iridi.
-Guardiana, ¿Qué debemos hacer? Debe haber alguna manera de recuperar el talismán...
Iridi se mantuvo seria al oír las palabras de sus compañeros.
-Tras meditarrlo y reflexionar, he decidido que no seguirré siendo la guarrdiana de La Orrden, debí haberrme opuesto a irr a aquel lugarr, mi laborr erra guiaros, protegeros, y no conseguí hacerrlo.
-No digáis tonterías.- dijo Beatrice.- durante todo este tiempo nos habéis protegido a todos. Recordad la batalla en Durotar, o la guerra contra los renegados en Molino ámbar.
-El guarrdián es el responsable de La Orrden, si hubieseis muerrto allí, jamás me lo hubiese perdonado. Lo siento, no quierro que sacrifiquéis vuestrras vidas por mí, os pido porr favor que lo comprendáis.
-¿Entonces... La Orden se desvanecerá?¿Se acabó todo?- preguntó Karin temerosa.
-Tan solo otro ocuparrá el lugarr del guarrdián, La Orrden jamás desaparecerrá mientrras estemos unidos.- Iridi observó detenidamente a Zephiel.-Nuestro nuevo compañerro ha demostrrado su valía con creces, crreo que él sabrría guiaros como guarrdián.
El grupo desvió la vista hacia Zephiel, algunos no muy convencidos con las palabras de la draenei.
-Me honra que digáis tales palabras Iridi, pero no puedo aceptar tal responsabilidad.
-Sin talismán ¿Como habrá guardián que dirija la orden?, supongo que el guardián guía a La Orden gracias a los poderes del...-comenzó a decir Kendra.
-¡El guardián no solo se encarga de tener las visiones, se encarga de apoyar a sus compañeros, de ayudarles, protegerles...!-interrumpió Karin alzando la voz.
Elesirt intentó que la elfa guardara silencio. Kendra se encontraba sorprendida por la reacción de la joven. Entre tanto Chantalle y Alice cuchicheaban hasta soltar una pequeña carcajada que pasó desapercibida ante la tensión de la situación.
Monlee hizo un gesto a Karin para que tomara asiento de nuevo y se calmara.
-Karin tiene razón, sobre el guardián recae todas las decisiones y problemas, por eso mismo no creo que yo sea el más adecuado para cumplir ese cometido.
-Joven humano, vos sabéis que seréis guardián de La Orden...- confesó Monlee, a lo que Zephiel se sorprendió de que el mago conociera tal información.
-Sí, es cierto, pero no creo que sea el momento.-Zephiel bajó la mirada avergonzado por su decisión o quizás por su cobardía.

Durante unos segundos la sala permaneció en silencio, interrumpido solo por otra carcajada de parte de las brujas.

Zephiel se mantuvo en silencio, meditando acerca de las palabras de la draenei. No se veía a sí mismo con fuerzas para ser guardián de La Orden, pero hasta ahora había ayudado bastante a cada uno de ellos. Puede que el tiempo le otorgara la experiencia suficiente para afrontar los retos que el destino le deparasen. La orden necesitaba un líder, alguien en quien confiar, alguien que hubiera logrado ganar el respeto de todos ellos. El joven guerrero sentía un profundo dolor al haberles fallado, pero puede que esta oportunidad enmendara sus errores o debilidades.

Zephiel caminó varios pasos no del todo seguro. Estaba aterrado, ni siquiera tenia la certeza de poder pronunciar palabra alguna.

De repente un estruendo sobrecogió al grupo. Las puertas se abrieron de par en par y una ráfaga de viento frío inundó la estancia. Una extraña figura situada a contraluz, observaba a los allí presentes desde el umbral de la puerta.

Zephiel junto con la mayoría de sus compañeros empuñaron rápidamente sus armas para protegerse de aquel extraño que había irrumpido tan bruscamente, incluso las brujas se hallaban en pie concentrándose en canalizar sus siguientes hechizos.

El desconocido avanzó algunos pasos adentrándose en la sala sin intención de atacar a ninguno de ellos. Una vez las velas iluminaron su figura, pudieron observar detenidamente al extraño.
Se trataba de un hombre alto y aparentemente fornido, de tez clara y cabellos oscuros recogidos en una cola. Sus ojos claros daba un toque atractivo a aquel rostro que denotaba madurez pero juventud a la vez.
Entonces el humano habló, rompiendo ese frágil momento de tensión en el que se encontraban sumergidos. La voz varonil de aquel extraño de la cual fluyeron unas pocas palabras sorprendió e intimidó a todos por igual.

Yo seré el guardián de La Orden...


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Frederic Kheerne se convierte en el sexto guardián de La Orden. El poderoso mago hasta ahora conocido por todos los miembros de La Orden como un gato parlante, vuelve con mejor aspecto que nunca. Liberado de la maldición que lo mantenía atrapado en forma felina, Frederic toma las riendas de La Orden Eterna en estos tiempos tan oscuros para todos.