lunes, 3 de junio de 2013

El día del juicio (Parte 2)

   Desde el largo pasillo podía oírse el barullo que tenía lugar en la sala donde se estaba celebrando el juicio. Hacía solo unos minutos que habían declarado culpable no solo a Chantalle sino a Giordano y Adalberth como traidores.

Daelian Withestorm irrumpió en la sala. La joven llevaba una larga melena blanca suelta a diferencia que de costumbre, vestía una toga de colores claros y unos zapatos de tacón que con el sonido de las pisadas logro enmudecer momentáneamente el jaleo hasta que se detuvo en mitad de sala. Tanto Chantalle como el resto de los miembros de la orden respiraron esperanzados al verla llegar, mas sus caras cambiaron radicalmente cuando vieron lo que traía consigo. 
Un caballero de la muerte entró a la sala tras ella acompañado de varios soldados más que arrastraban a Giordano. Cuando los caballeros dejaron caer bruscamente a Giordano, que estaba atado de manos con grilletes y parecía haber sufrido algún que otro golpe en la cara, tanto el jurado como el grupo formado por nobles comenzaron las disputas entre ellos.
Daelian realizó una reverencia ante el juez y pidió disculpas a los allí presentes por  la irrupción.
- Os traigo una petición que deberíais tener en cuenta mi señoría.- y seguidamente se acercó a entregarle un pergamino sellado con el símbolo formado por el ojo del Kirin Tor.
- ¿De qué se trata?- preguntó el fiscal Hudson que se encontraba bastante nervioso en esos momentos.
El juez desenrolló el pergamino, mientras tanto Adalberth permanecía en silencio  y Chantalle estaba junto a Giordano que acababa de recuperar la compostura. 
Daelian anunció al resto de los allí presentes el contenido del pergamino en voz alta:
- Si bien el asesinato cometido por estos traidores ha sido claramente una desgracia, los delitos que acarrean tanto Lady Chantalle Leproux, y los señores Lord Adalberth Selwyn y Lord Giordano Levi van mucho mas allá de un simple, pero no por ello menos importante, asesinato. Según investigaciones realizadas, podemos asegurar que el grupo estaba al mando de un aquelarre.- Daelian miró a su alrededor y pudo observar como los allí presentes cuchicheaban sorprendidos por las palabras de la maga.- Es por eso que por orden suprema del Kirin Tor, los traidores serán encarcelados en el bastión violeta.
- ¡Imposible!-exclamó el fiscal.- ¡Gente de esta calaña debe de ser decapitada inmediatamente!
- La orden es bastante clara mi señoría.- dijo Daelian sin mirar al fiscal Hudson.- De terminar con la vida de estos traidores, que sería lo que realmente merecen, su aquelarre simplemente cambiaría de líder. Para erradicar el problema de raíz debemos conseguir información que solo ellos conocen.
- Aunque comprendo la importancia de la situación.- dijo el juez levantando la vista hacia la maga.- La carta no está firmada por Lady Valiente, con lo cual no puedo concederos lo que aquí figura.
- Es obvio que no está firmada por Lady Valiente, ¿Acaso en Ventormenta no se os informa de los problemas que sufre el Kirin Tor actualmente? Sin embargo está firmada por el archimago Frederic Kheerne, creo que es razón mas que suficiente para demostrar la veracidad de la misiva, si es lo que os preocupa.

En ese momento tanto Marther como Thilane bajaron la mirada hacia el allí presente Frederic.
-¿Me veis firmando cartas?- dijo mientras levantaba la pata.
-¿Qué intenta con todo esto?- susurró Thilane
- Cambiar el resultado.- respondió Marther
- No tengo claro si a mejor o a peor
- Es algo que sabremos con el tiempo.- respondió Frederic

El juez resopló resignado mientras el fiscal parecía cada vez mas nervioso y la multitud esperaba impaciente el resultado.
- Como comprenderás joven, no podemos dejar el destino de los acusados en manos de cualquiera. En caso de ser trasladados hasta Dalarán, ¿Quien cumplirá tal importante tarea?
- Yo misma, señoría.- Dijo Daelian orgullosamente.
- ¿Y quien sois vos si puede saberse?- Dijo el fiscal desconfiando de las palabras de la maga.
Daelian fulminó con la mirada al fiscal Hudson.
-Mi señoría no estará diciendo que esta...cría que aparece aquí de la nada trasladará a los prisioneros hasta...-dijo el fiscal que intentaba burlarse de la maga fue interrumpido rápidamente por esta.
- Soy Lady Daelian Whitestorm, de la casa Whitestorm.- el fiscal guardó silencio y miró al juez.
- Honorable casa allá donde las haya.- respondió el juez asintiendo
- Así es mi señoría  nuestra casa siempre ha guardado lealtad a la corona, incluso en los tiempos más difíciles.- Entonces se giró hacia el caballero de la muerte que la acompañaba.
El enigmático caballero se liberó del oscuro casco que le tapaba el rostros y descubrió un blanquecino rostro y una larga cabellera blanca.
- Tanto mi hermano como yo podemos ocuparnos fácilmente de esta tarea, aunque claro está que algunos caballeros como aportación nos facilitarían las cosas.
El juez se reclinó en su larga silla y observó pensativamente tanto al fiscal como a la maga.
- Por orden suprema.- el juez puso los ojos en blanco a tono de burla al decir estas últimas palabras.- del Kirin tor, Lady Chantalle Leproux, Lord Adalberth Selwyn y Lord Giordano Levi será trasladados a la prisión de Dalaran, El bastón violeta.- El juez hizo sonar el martillo y se levantó caminando rápidamente hacia la sala donde habían estado anteriormente. El fiscal fulminó con la mirada a Daelian y seguidamente siguió los pasos del juez.
Los nobles comenzaron a enzarzarse nuevamente en discusiones acaloradas. El caballero de la muerte agarró fuertemente a Giordano del brazo y varios caballeros colocaron grilletes tanto a Chantalle como a Adalberth. 
Marther y Thilane se acercaron rápidamente a Daelian pero esta pasó altivamente sin ni siquiera desviar la mirada.
El grupo escoltado por al menos una decena de caballeros, llevaban a los presos hasta las mazmorras de Ventormenta, donde pasarían la noche hasta el día siguiente, en el que partirían hacia los baldíos helados de Rasganorte.
Cuando llegaron hasta la entrada de las mazmorras, Giordano en un ágil movimiento se soltó del brazo que le sujetaba y se plantó ante Daelian acorralándola. 
- ¿A que estás jugando traidora?- dijo Giordano en voz baja mientras la agarraba del brazo.
El caballero de la muerte rozó su fría espada por el cuello del almirante. Daelian miró a su hermano y este separó la espada de Giordano.
- ¿Traidora?- preguntó Daelian mientras miraba a Giordano fijamente.- Yo no he traicionado a nadie, ni siquiera pertenezco a vuestra orden.-susurró a su oído.
-¿Y por eso era necesario revelar la existencia del aquelarre?
- Cada uno juega sus cartas como quiere Giordano...
- ¡Te salvé la vida Daelian!
- Y yo os la estoy salvado a vos.- dijo Daelian fijamente mientras se liberaba de la mano de Giordano.- Encerradles. 
Los caballeros encerraron  a los tres acusados.
- Si alguien, aunque sea yo misma se acercara a estas celdas, matadle.- dijo seriamente a su hermano, y este asintió sin dilación.