martes, 28 de mayo de 2013

El guardián de la orden

    
    Daelian fijó la mirada en cada uno de los allí presentes. Semanas antes, los miembros de la orden habían viajado hasta los fríos territorios de Rasganorte para reunirse con ella. Lo primero que presenció fue a un grupo enfrentado, sin ilusión, sin esperanza, y lo que ahora tenía frente a ella era grupo unido, una orden. 
La maga observó detenidamente el talismán que sostenía en sus manos. Tras largos viajes a tierras lejanas y duros enfrentamientos contra diversos enemigos, el talismán había sido terminado con éxito. Sin embargo aun quedaba por descubrir si funcionaba realmente o si las instrucciones de la creación de dicho artefacto eran falsas. 
El grupo esperaba impaciente, Daelian rezaba para que el artefacto funcionara, ya que de lo contrario la orden se desmoronaría esfumándose para siempre. 
La joven observó detenidamente el talismán, un fuerte armazón de metal oscuro cubría gran parte del artefacto dejando ver círculos en los que podían distinguirse un cristal azulado con arena en su interior.
Daelian susurró suavemente mirando el talismán: Mostradme el futuro, mostradme quién será el  guardián.
Tras pronunciar estas palabras el talismán brilló cada vez con más fuerza tanto que obligó a la maga y al resto de los allí presentes a entrecerrar los ojos.
Cuando la luz cesó el grupo pudo ver a la maga en una especie de trance con un aura rodeándola.  El talismán seguía brillando pero la luz que ahora desprendía era más suave que la anterior.

(Visión)
Daelian abrió los ojos lentamente y reconoció con exactitud el lugar en el que encontraba. Se hallaba en un puerto, a lo lejos veía varias estancias de madera apiladas  y un gran gentío que abarrotaba el embarcadero de Bahía del botín. La visión se mostraba en primera persona a diferencia de lo que había oído de Thedya, la cual aseguró en cierta ocasión que las visiones que el talismán le mostraba las veía en cuestión de segundos ajena al entorno en el que se encontraba. La maga se giró y tras ella vio a algunos de los miembros de la orden en posición defensiva, aunque se buscó entre ellos no logró encontrarse.
- ¡Daelian a que esperas, debes crear la barrera o nos alcanzarán!- gritó Frederic mirando fijamente a la maga.
La maga se fijo que se encontraban al final del muelle con el mar a sus espaldas. A lo lejos observó como un numeroso grupo de mercenarios se dirigían hacia ellos.
- ¡Daelian date prisa!- gritó el almirante Giordano.
La maga seguía paralizada sin saber que hacer, no comprendía cual era el fin de la visión, aparte claramente de que se encontraban en un apuro.
Daelian se miró las manos mientras las abría y cerraba, intentó canalizar algún hechizo y contra todo pronóstico una bola de fuego salió despedida hasta apagarse en el mar.
El pánico recorrió entonces su cuerpo, no se encontraba presenciando una visión como un mero espectador, la estaba viviendo y no quería detenerse siquiera a pensar en las consecuencias que tendría todo lo que realizara en esta visión.

De pronto un gran estruendo sonó a lo lejos y como si de una explosión se tratase una gran bola de cañón atravesó destruyendo la mitad del muelle en el que se hallaban dejando aislados al grupo del alcance de sus perseguidores.  La tabla de madera en la que se encontraba la maga quebró provocando que cayera al agua. El grupo mientras tanto intentaba recomponerse del brusco movimiento que había sufrido el muelle. Siguieron la dirección del disparo hasta que observaron que  un reconocido barco se acercaba hacia ellos.
Daelian agitaba las manos bajo el agua, intentaba aguantar la respiración y salir a flote, pero entonces maldijo su nula habilidades de nado. 

(Mientras tanto en Dalaran)
El grupo permanecía inquieto observando a la maga en trance. De pronto la maga se desplomó en el suelo comenzando a respirar con dificultad, parecía estar asfixiándose. Los miembros de la orden se acercaron rápidamente a socorrerla. Giordano intentó incorporar a la maga pero al establecer contacto con ella un aura lo envolvió dejándolo paralizado al igual que había ocurrido con Daelian.
- Deteneos.- dijo Adalberth agarrando a Chantalle que se acercaba hacia Giordano.- Si los tocáis os afectará también.
- ¿Que le ha ocurrido?- Preguntó Chantalle. - Esta...
- Ha entrado en la visión.- respondió Monlee seriamente observando la situación.
- ¿No podemos hacer nada para ayudarles?- preguntó Awiergan mientras miraba a Giordano y Daelian paralizados.
- Tan solo podemos esperar.- respondió el paladín.

(Visión)
Giordano apareció en el muelle y observó como Marther ayudaba a subir a Awiergan que también había caído al mar tras  la destrucción provocada. El almirante, que blandía su espada, pasó suavemente la afilada hoja por la palma de su mano provocando un superficial corte. Giordano buscó rápidamente a su alrededor y seguidamente se lanzó al agua. Encontró rápidamente el cuerpo de Daelian, y agarrándola por la cintura tiró de ella hacia la superficie.
- ¡Ayuda!- gritó Giordano que mantenía el cuerpo de la maga a flote.
Marther agarró a Daelian y la tendió lentamente en el suelo. El paladín comprobó su respiración y al ver la falta de esta, impuso su mano ante ella e imploró a la luz que sanara a la joven. Daelian reaccionó rápidamente expulsando el agua que había tragado. 
- ¿Estáis bien?- dijo el paladín mirando tanto a la maga como a Giordano
Daelian se incorporó y observó entonces que del cuello de Marther colgaba el nuevo talismán. Giordano también se había dado cuenta de esto y aunque una sensación de decepción le inundó, esta fue rápidamente sustituida al ver acercarse La rosa de los mares con su amada a bordo justos a tiempo para rescatarlos.

(Dalarán)
Daelian y Giordano volvieron en sí. El grupo se acercó rápidamente a comprobar si se encontraban a salvo. Todos esperaban impacientes respuestas.
 Giordano miró su mano y pudo ver un sangrante corte en ella que había realizado minutos antes, su expresión cambió y adquirió un tono de preocupación.
- No podéis imaginar lo que hemos creado...